La Tierra y su mente
Expectativas para un terremoto
Expectativas para un terremoto
El 29 de julio de 1967 ocurrió el único terremoto que le ha sucedido
a la Caracas contemporánea, con un epicentro a apenas 70 kms de distancia de las
costas del litoral central, con intensidad promedio de 6,6 en la escala de
Ritcher y una duración de 35 segundos, lo cual acrecentó el terror en la
población, sobretodo en la que se encontraba en las zonas correspondientes a
las urbanizaciones de Altamira y Los Palos Grandes de esta Ciudad.
A lo largo de su historia, Caracas ha recibido cinco
movimientos telúricos que se consideran terremotos, principalmente debido a la
destrucción que produjeron. El primero al que se le da esta connotación es al
sucedido en 1641, y de allí se desprende la ristra que pasa por 1766, 1812,
1900 y 1967. Como puede verse el intervalo que hay entre ellos es 125, 46, 88 y
67 años, lo cual descarta una secuencia homogénea de esos sucesos, con lo que a
veces se especula para predecir el que vendrá hipotético, una cuestión
incalculable. Lo que sí se puede decir es que a medida que pasa el tiempo está
más cercano el próximo de estos eventos a ocurrir, y a su vez está la
probabilidad de que su magnitud será mayor en la medida en que más pasen los
días.
Todos estos cinco terremotos sucedidos a Caracas tienen su
origen en la Falla de San Sebastián, una Falla con relativa actividad pero
indudablemente que esa actividad es de menor intensidad que la de la Falla de
San Andrés, que divide a EEUU del Océano Pacífico y que la de la Fosa de
Atacama, que va a todo lo largo de la costa occidental suramericana, ambas fallas
muy activas en nuestra Era y que han producido terremotos hasta de 9 grados en
la escala de Ritcher.
Es característico de la Falla de San Sebastían, y que
también la diferencia notablemente de las anteriormente mencionadas, la
duración de los terremotos. El terremoto ocurrido el 29 de julio de 1967 duró
35 segundos, un tiempo que junto con la polvareda que levantó y el ruido que
ocasionó lo hace inolvidable a la generación que lo vivió. Pero si comparamos
con la duración de los otros cuatro sucedidos a nuestra Ciudad Capital, nos
aterraremos. Del primero no se conocen datos confiables, pero el de 1766 duró entre
2 minutos y 15 segundos, dependiendo de la ubicación del que da el testimonio;
el de 1812, el más famoso debido a su alto grado de destrucción y a la proclama
de Simón Bolívar, duró entre 48 y 75 segundos, dato que también depende de la
fuente; y el de 1900 duró 50 segundos, como promedio. Todos con un tiempo de
duración que no es usual en otros terremotos sucedidos en otras partes del
mundo.
Han pasado 51 años del más reciente evento de este tipo
sucedido a la Ciudad de Caracas. Quiere decir que estamos en el lapso de
probabilidad de ocurrencia, que va de 46 a 67 años, lapso que queda al
descartar el mayor y el menor intervalo, según rezan las normas de
estadísticas. En esta Ciudad todos los años suceden temblores que van de 2 a 5
grados en la Escala de Ritcher, algo que favorece al hecho probable de una
menor magnitud a que si no sucedieran esos temblores. A pesar de ello, la
magnitud del terremoto que viene seguirá dentro de aquella probabilidad de magnitud
de la que hablábamos, que reza que mientras más tarde suceda, será mayor aunque
con muy baja probabilidad de que llegue a magnitudes relativamente altas que le
son poco usuales a la Falla de San Sebastián. Pero en cuanto a su duración y si
nos atenemos a la historia del comportamiento de la Falla de San Sebastián, es
alta la probabilidad de que la misma sea larga, de lo cual debemos tener
conciencia y para lo cual debemos estar preparados física y mentalmente.
José Durabio Moros
Ingeniero Civil