miércoles, 25 de diciembre de 2019

Tenemos que pasarla bien

 


 Tenemos que pasarla bien
“Si quieres terminar viviendo en paz, ten hijos y se útil”. Séneca, senador romano

Después de transitar con largos pasos por ella, llega un momento de la vida donde nos damos cuenta que simplemente estamos es pasando por eso que llaman así, y que definitivamente estamos en eso debido a una acción preestablecida, a lo que muchas personas llaman “milagro”, pero fue algo que tenía que suceder tal y como sucedió, y que eso solamente sucedió porque somos un ente predestinado para preservar el género en el que nacimos y para serles útil al nuestro y a los demás géneros.

No sabemos a ciencia cierta de dónde venimos, aparte de ese tiempo en el que estuvimos en el vientre de nuestra mamá. Y racionalmente tampoco sabemos a dónde vamos a ir ahora, exceptuando los designios de nuestra cultura, provenientes de la religión que cada quien profese. Lo único que sabemos a conciencia es que estamos haciendo un tránsito por algún tiempo en un lugar.

No vale la pena compararnos con nada, puesto que ya está claro que físicamente representamos muy poco. Para colmos del asunto también tenemos conciencia de que nuestro cuerpo es todo un universo, y que cada parte del mismo es también un universo interminable hacia adentro, donde la cosa no termina ni siquiera en los átomos.

De manera que somos víctimas de esa realidad, y no nos queda otro camino que mantener esa realidad, porque si nos toca ir en contra, la pasaremos mal, es decir, estaríamos destinados a pasarla mal, lo que quiere decir que seríamos unos inútiles. Ojalá tengamos la suerte de haber sido seleccionados para pasarla bien y tengamos conciencia entonces de que lo único que tenemos para pasarla bien es el tiempo en el que estamos y el lugar donde estamos, ambos entes otorgados por la vida para mantenerla, para hacerla crecer a través de nuestro género y para ser útiles a los demás.

martes, 26 de noviembre de 2019

Descubridor de América

Christopher Columbus Face.jpg 

Descubridor de América
De cómo un título llega sin nunca jamás ser buscado.
(Exclusivo para CincoNoticias.con) 




           No cabe duda de que, sin considerar el probable primer arribo realizado por los vikingos en el siglo X, aunque sin evidencias de contacto, los primeros humanos en tocar tierras americanas fueron los españoles, y todo sucedió debido a un error. Ese cálculo que hizo Cristóbal Colón el cual le hizo creer que había llegado a “Las Indias” se basó en mapas donde no aparecía América (1490), y como ya se sabía que La Tierra era redonda él juraba que yéndose por occidente llegaría más rápido a Las Indias que yéndose por oriente. Él calculó, con sus métodos y sus mapas marítimos que elaboraba, que la distancia entre España y Las Indias sería de unos 5.000 kilómetros si se iba por occidente, cuando realmente esa distancia es de 19.000 kilómetros aproximadamente. Además, Cristóbal Colón no contaba con que había todo un continente de por medio en esa su planificada vía, situado a una distancia de alrededor de 6.500 kilómetros medidos desde donde él estaba.

Mapamundi florentino de alrededor de 1490,
en el que no aparece el continente americano.

          Una carabela podía recorrer de 100 a 130 kilómetros al día y por eso fue que cuando tocó tierra en ese su primer viaje, juraba que había llegado a su destino, según sus cálculos: Las Indias.

          Este “pequeño” error le cambió la historia al mundo. Cuando Colón se dio cuenta de que estaba equivocado, comenzó, entre emocionado y preocupado, a enviarle mensajes a la reina Isabel La Católica de España sobre que no había llegado a Las Indias sino a unas tierras nuevas.

         Al paso de los años los historiadores decidieron cerrar la Edad Media con este error, el cual derivó nada menos que en el descubrimiento de un nuevo mundo: el Nuevo Mundo. Desde ese año comenzó a desarrollarse la Edad Moderna, tras tan significativo acontecimiento. 

          Debido a esta inesperada consecuencia Cristóbal Colón se dio el lujo de inaugurar una nueva era para la historia Occidental, y ya en ella comenzar a lucir su título más magnánimo, ese que obtuvo cuando nunca jamás se lo esperaba: el de descubridor de América.