domingo, 26 de mayo de 2019

El Hotel Excelsior

El Hotel Excelsior
Como para hacer un libro

          Conocí la suite presidencial del Hotel Excelsior, y recuerdo que sentía que mi habitación era un rancho, y eso que era grande y tenía un buen baño. Pero la suite presidencial tiene un comedor de diez puestos, y una cocina como la de mi tía Justina, cuadrada y grandota. Los muebles todos Provenzal, madera labrada y tela gruesa, alfombrada de pared a pared. Los baños con grifería dorada (no creo que sean de oro), alfombra negra, y su jacuzzi. Esa habitación ocupa la mitad del piso donde yo estaba.

          Este hotel es como decir el Hotel El Conde de Caracas, un poco de esa época y de ese estilo pero más grande. Está en el centro de Asunción, la capital de Paraguay. Lo hizo un señor llamado Nicolás Bo, hijo de italianos. Me dicen que era un tipo más alto que yo, que mido 1,86m, muy blanco, y usaba unos bigotes grandes. Tenía muy buen porte. Usaba todo de oro: esclava, cadena, reloj, y hasta el bolígrafo. Se la pasaba aquí metido como defendiendo su inversión. Fumaba habanos permanentemente. Tanto, que murió de cáncer de páncreas, relativamente joven, de 69 años. Eso fue hace 25 años. Y la esposa, Doña Margarita, murió 10 años después.

          Total que este hotel quedó en manos de los tres hijos, dos mujeres y un varón. Además el señor Nicolás les dejó una financiadora, un periódico y un centro comercial, construído justo al frente del hotel. La financiadora y el periódico quedaron en manos del varón, que los volvió leña: ya no existen. En cambio el hotel y el centro comercial están vivos y totalmente vigentes. Ambos estaban en líos judiciales relacionados con la herencia, pero una de las hijas de Don Nico, Tuky le dicen, iba todos los días.

          Lo que cuentan de ellos tres es para coger palco. Por ejemplo una de las hijas del varón fue esposa de Cristian Castro, el famoso cantante mexicano. La esposa paraguaya de Cristian Castro era famosa entre otras cosas por la dote de sus padres abuelos y luego de sus padres. La pareja vivió en este hotel el primer mes de su matrimonio y sus capítulos de vida en común en el hotel fueron patéticos. No duró nada ese matrimonio. Aparte, una hija de la hermana de Tuky se casó con un colombiano llamado Kike Santander, el cual fue productor de Luis Miguel, Ricardo Montaner y otros artistas. Actualmente Don Kike vive en Miami y tiene una casa de veraneo en Paraguay, propiamente en San Bernardino, que es la ciudad de veraneo por excelencia de este país, una ciudad ubicada al frente del lago Ipacaraí donde hay casas para vacacionar muy bellas y con mucha arquitectura.

          La señora que me atendía la habitación era la que me echaba los cuentos. Tenía 50 años trabajando en el Hotel, para el momento. Trabajaba allí desde sus 16 años, y era una  auténtica biblia. Y para narrar historias era perfecta. Las anécdotas son increíbles, y nos reíamos y nos asombrábamos todos los días. No solamente las anécdotas sobre esta familia, que ya era bastante, sino que este era el hotel insignia de Asunción hace 30 años. Ningún hotel de esta ciudad tiene historias ocurridas en sus interiores parecidas a las de este hotel, dada la notoriedad de sus huéspedes. Aquí llegaron desde los reyes de España hasta presidentes de todo el mundo, pasando por los artistas más famosos, y las anécdotas de lo que vió y escuchó esta señora en las habitaciones y en los pasillos son de alto impacto. ¡Como para hacer un libro!.
Como para hacer un libro!

lunes, 13 de mayo de 2019

Armando Biart, el recio.

          
 Armando BiartEl recio de la canción


          Yo conocí a Armando Biart cuando cantaba en El Sarao, pero lo hacía como una especie de cortesía de su parte pues él realmente era el administrador allí. Era un local ubicado en el sótano de un Centro Comercial en la urbanización Bello Campo de Caracas de los más frecuentados para bailar y beber debido a la calidad de la atención y a lo agradable del sitio. Incluso lo comparaban con otros de su misma rama pero siempre se concluía que El Sarao tenía más clase.

          Tuvimos cierta amistad porque el dueño de ese local era uno de los inversionistas en una obra de viviendas que se estaban haciendo, una obra que yo atendía como ingeniero. Este señor me invitó esa noche, junto con otros ejecutivos de su empresa, a ese local y me presentó a Armando. Allí conversamos un rato y fue que supe que se había iniciado en El Club del Clan, pasando luego por varios grupos musicales hasta que lo entusiasmaron para que administrara El Sarao.

         De allí en adelante mantuvimos una buena amistad, dada su relación con el dueño de la empresa donde yo trabajaba y que lo había contratado a él, empresa por donde lo ví pasearse varias veces al punto de que compartimos luego en otras oportunidades con la gente de este grupo empresarial, entre esas veces una ida a la Isla de Margarita, recuerdo, donde fuimos a ver unos terrenos y nos alojamos en el Hotel Bella Vista.

          Luego de haber compartido en estas oportunidades le perdí la pista, dado a que renunció a la administración de El Sarao, y vine a saber de él de nuevo fue ayer, varios años después, porque supe por el colega locutor Humberto Zárraga que acababa de fallecer en la isla de Margarita, adonde se había ido un día a administrar también un local nocturno. La verdad es que fue una manera muy sui géneris de reencontrarme con aquel amigo. Esa noticia vino acompañada de otras relacionadas con su quehacer en esta vida posteriores a nuestra corta amistad en la cual fue esposo de mi ex vecina y admirada Carmen Victoria Pérez y además supe que Elba Escobar, a quien conocí en una farmacia de Los Palos Grandes antes, fue luego madre de un hijo de él.

         Qué me iba a imaginar yo que aquel Armando, persona amable, galán, dicharachero, buen cantante de voz recia y potente y a quien perdí de vista, había cruzado de nuevo el mar hacia la bella Isla donde compartimos una vez, pero esta vez fue para quedarse por allá y desde allá volar a la eternidad.