domingo, 27 de diciembre de 2020

Cantar

TITO ROJAS

Cantar

     Conmueve la muerte de Tito Rojas, “El gallo de la salsa”, con apenas sesenta y cinco años. Tito Rojas fue, como todo cantante de orquestas, un hombre entregado a la interpretación musical, y esa es una vida que se lleva mucho más por las noches, donde abunda el nervio y la precisión. La vida del cantante de orquesta va de la mano con la antítesis de como se debe vivir, pues se duerme de día, se come fuerte de noche, se bebe seguido y se mueve el cuerpo y la mente hasta altas horas, y a medida que pasa el tiempo, ese cuerpo se va resintiendo y cada vez menos lo va resistiendo. Ese estilo de vida, practicado todos los días que se presente un contrato, deja mucho dinero, pero quita vida para disfrutarlo.

     Así como murió “El gallo de la salsa”, de un infarto inesperado, doloroso, murieron trabajando Víctor Piñero, Memo Morales, y un poco más acá Tito Gómez, buenos cantantes, trabajadores, todos traicionados por sus propios organismos, agotados de la vida al revés, llevada incansablemente, con un afán que no lo dicen, pero no les importa morir con las botas puestas. Pensar que el incansable Víctor Piñero, de la Parroquia San Juan de Caracas, tenía apenas cincuenta y dos años, y una vida ya muy densa de presentaciones nocturnas en decenas de fiestas, y cantando “Yo quiero verla esta noche” en el hotel Tamanaco de Caracas, como pidiendo ver la muerte, ella le llegó como a la mitad de la canción. Memo Morales fue otro entregado contumaz a la música, al canto con orquestas, al canto de noche, infinitos bailes con la Billo, continuos, intensos, y luego por su cuenta, entregado, imparable, hasta que a sus agotados setenta y nueve años el infarto artero lo visitó en pleno escenario de la Hermandad Gallega, el famoso club caraqueño.

     Capítulo aparte, pero tan doloroso como el de sus colegas aquí reseñados, merece el señor Tito Gómez, quien, para mi gusto, es lo mejor que ha pasado por el Grupo Niche como cantante. Ese era un entregado al escenario. El “Veterano de la salsa”, como lo llamaban, terminó de cantar en Cali, Colombia, y se fue a su hotel a dormir, y allí mismo lo sorprendió un corazón espinado, cansado del trajín intenso de su vida de cantante nocturno de orquestas. Tito, enamorado de su esposa, pero quien nunca lo acompañaba en sus viajes, se resentía en voz alta de esa situación. Para ella fue compuesta la canción “Cómo podré disimular”, una de las mejores interpretaciones de este señor de voz prodigiosa para la salsa. Luego de cantar esa y muchas otras esa noche, se fue a su cuarto del hotel y allá se despidió de la vida.

     Son el afán de morir con las botas puestas y la edad dentro de la década de los ’50 las dos causas principales que se encargan de estos personajes luchadores, los cantantes nocturnos, una experiencia que tuve muy joven y que dejé muy rápido, quién sabe si fue para poder contarlo.

     Además de Víctor Piñero y Tito Gómez, tenemos a Ismael Rivera a los 55 años, La Lupe a los 55 años, Tito Rodríguez a los apenas 50 años, y otra gran cantidad de personajes, cantantes esencialmente, que vivían de lo único que sabían hacer, y que no fue que lo aprendieron, sino que así nacieron, y les tocó llevarlo en la sangre por siempre: cantar.

sábado, 31 de octubre de 2020

Los Deivis


ESTE ARTÍCULO ME FUE FACILITADO POR UNA INESTIMABLE AMIGA EN CUYO HOGAR SUCEDIERON EVENTOS ATINENTES EN LO ESENCIAL A EL FONDO DE LO QUE AQUÍ SE TRATA. FUE ESCRITO POR UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA QUE ENCIERRA LA CREACIÓN Y PUESTA EN ESCENA DE ESTE GRUPO MUSICAL DE LOS AÑOS '60. EL AUTOR REFLEJA EN SU REDACCIÓN ESPECIAL DEVOCIÓN POR LO QUE HACÍAN, UN SENTIMIENTO TÍPICO DE LA JUVENTUD DE LA ÉPOCA POR LA MÚSICA DE LOS BEATLES Y EL MOVIMIENTO MUSICAL QUE SE GENERÓ HASTA EN LOS CONFINES MÁS ALEJADOS DEL PAÍS. ES UNA LECTURA QUE SE DISFRUTA EN LO MÁS PROFUNDO, SOBRE TODO DE LOS QUE ESTÁBAMOS DESPERTANDO A LA MÚSICA ROCK DE ESOS AÑOS.

     En los años sesenta, cuando la música, comenzaba a buscar otras formas de expresión, surgieron muchísimos grupos de rock en el mundo, y con mayor énfasis en los países europeos, casi todos inspirados en la incorporación de la guitarra eléctrica, el bajo eléctrico y la batería, como instrumentos principales de dichas agrupaciones. Los inicios de la década fueron muy arduos en ese proceso evolutivo y es a mediados de los sesenta, cuando comienzan a surgir grupos y composiciones que muy rápidamente cautivaron a la juventud, y por qué no decirlo, al mundo del espectáculo de la música. La música interpretada por The Beatles, comenzaba a impactar y a causar sensación a nivel mundial, y junto con ellos muchos otros grupos, compositores, disqueras, etc comenzaron a impulsar nuevos ritmos y estilos, que dieron origen a lo que se comenzó a llamar la música moderna, lo cual no era, simplemente rock, sino, un concepto bien estudiado y ejecutado,que generó una variedad de estilos, de muy buen gusto y con excelente estructura musical. En nuestro país, al igual que en el resto del mundo, los grupos de rock y música moderna, no se hicieron esperar, y en nuestro Caripito, en esa misma época, producto del interés que los jóvenes tenían por la música moderna, surgió la agrupación musical Los Deivis. Recordemos, a continuación, cómo se dio todo

La tarde de aquel jueves, se nos hizo muy corta, todo, por la motivación que representaba para nosotros, haber sido seleccionados como integrantes del Orfeón del Liceo Monagas. Desde entonces, cada jueves en la tarde, asistíamos a los ensayos, y esta vez, habíamos estado incorporando dos importantes piezas al repertorio musical, la primera de ellas, el Himno Nacional, y la otra, una pieza denominada La Polla Loca, que el Profesor Eugenio Bravo, Director del Orfeon, había querido montar, y la cual nos había causado mucha gracia por su letra tan jocosa. A pesar de nuestra concentración y entusiasmo por la actividad que estábamos realizando, los últimos diez minutos del ensayo estábamos muy inquietos, mentalmente, debido a que, a medida que se aproximaba la hora de la salida, comenzábamos a pensar en caminar muy rápidamente hasta el exterior del liceo, donde esperaban estacionados los autobuses de Rafael Salgado, para transportar los estudiantes hasta el pueblo. Nosotros, en particular, queríamos abordar, en especial, el bus que conducía el señor Luis Moya, un personaje muy popular y simpático, al cual todos le decíamos “molleja”, pues bien, en la unidad que el conducía, nos sentábamos en los últimos puestos, es decir, en “la cocina”, y cantábamos durante todo el recorrido, las canciones de moda, tal como lo habían hecho en años anteriores, Miguel Peña, conocido mejor como “miguelucho, ahijado de Miguel Hernández, Antonio Mejías y Efrén Henning, Olga López, Ana Suarez, entre otros, quienes para esta ocasión, ya habían recién egresado de nuestro liceo. Mientras que con ellos, habíamos cantado y aprendido las canciones de Enrique Guzmán, Cesar Costa, Palito Ortega y los Teen Top, ahora, tan solo uno o dos años después, había un furor creciente entre los jóvenes, por esta música de corte juvenil, y por algunos grupos musicales, poco conocidos, pero con canciones que estaban sonando mucho en la radio, tales como: Despeinada, Ahí viene la plaga, La Bamba, etc. Eso era lo que ahora cantábamos en el autobús, y cada canción que interpretábamos, quería ser aprendida y cantada por todos los estudiantes que allí íbamos, de manera que poníamos mucho interés en aprender las letras y cantar, cada vez, algo “de actualidad, lo más novedoso posible, en ese escenario tan particular: El autobús de Rafael Salgado que conducía el muy carismático “Molleja

Una tarde en que recién acabábamos de disfrutar la travesía, desde el liceo hasta el pueblo, cantando canciones de estilo moderno, descendimos del autobús en la calle Guaicaipuro, esquina del Hotel Europa, y continuamos, caminando por la calle Bolívar, conversando acerca de la algarabía y emotividad que habíamos experimentado esa tarde, con todos, absolutamente, todos los estudiantes cantando en el autobús con nosotros. Éramos, Víctor Brito, Ramón Fierro, Juan Alcázar y yo. Estuvimos conversando acerca de una de las canciones que recién habíamos cantado allí, en la cual, la combinación de las voces, había salido muy bien. Hablábamos de tratar de aprendernos algunas canciones similares que tuvieran ese tipo de voces de acompañamiento, con segunda y hasta tercera voz, ya que como integrantes del orfeón,se nos hacía relativamente fácil lograrlo, incluso, comenzamos a cantarla nuevamente, mientras Juan Alcázar hacia el sonido de la batería, golpeando con sus dedos, sobre la camioneta Studebaker de Jesús Latuff, la cual estaba estacionada frente al Hotel Plaza. Fue entonces, que hubo una interrupción, y hablo el mismo Juan e hizo una propuesta inesperada: Vamos a hacer un Grupo de Rock!, -y agrego -¿Qué nombre le ponemos?... La verdad, nos sorprendió la propuesta de Juan, tal vez porque nosotros cantábamos lo mismo que cantaban todos los estudiantes en el autobús. Nos quedamos mirando con cierto nerviosismo, y Víctor Brito rompió el silencio, y dijo, en mi casa hay una guitarra y allá podemos ensayar. Con esas palabras, solo faltaba que Ramón y yo apoyáramos la idea, y así mismo fue. Dos o tres semanas después de aquel momento, y luego de varias horas de ensayo, ya teníamos un repertorio de diez o doce canciones, bien ensayadas, y los temas eran, de lo más novedoso, pero no solo eso, teníamos además, un nombre para el grupo: Los Deivis En el pueblo, habíamos comenzado a realizar unas reuniones entre amigos para escuchar música. Comenzaba a verse como algo normal que un día sábado o domingo, alguien sacara al frente de su casa, un tocadiscos portátil, lo cual era un artefacto muy novedoso, para escuchar los cantantes y grupos del momento. Nosotros, en el pueblo, a través de las emisoras de radio, seguíamos muy de cerca el acontecer artístico, no solo nacional, sino también internacional así que escuchábamos, indistintamente, a Sonia López, al Trio Los Panchos, Javier Solís, a Mona Bell, Palito Ortega, Frank Sinatra, Charles Aznavour, etc. A nosotros, toda esa gama musical nos aportaba, y sin menosprecio de la música preferida por nuestros padres, en la cual, aparte de la música venezolana, había mucho de Tangos, Boleros, Valses y Merengues, ahora estábamos creciendo y viviendo, identificando nuestras preferencias hacia los nuevos cantantes, estilos y ritmos.

Una noche en casa del señor Rafael Salazar, estuvimos compartiendo con Yris y Scarlet, escuchando unos discos que había adquirido su hermano mayor Dimitrio. Recuerdo que eran unos LP, con unos conciertos grabados, en vivo, de un cantante llamado Chubby Chequer, quien estaba imponiendo el ritmo de moda juvenil. ElTwist era entonces un ritmo bailable, para las nuevas generaciones, y por primera vez se usaban los stadium y algunos escenarios abiertos, para presentar a este “show man” ante grandes multitudes de fans, lo cual reflejaba muy bien la fotografía de aquel álbum. En la caratula, se podía apreciar una panorámica y un lleno impresionante. Unas pocas semanas después, en esa misma casa y con el permiso del señor Rafael y la señora Claudia, realizamos una fiesta juvenil, reunión que se caracterizó, primordialmente, por la bienvenida entre nosotros del baile del Twist. Aquella noche, además de la emotividad que había por la amplia receptividad y facilidad de adaptación al nuevo ritmo, hubo un detalle adicional que fue la sensación de la noche, un joven maturinés de apellido Lemus -se decía entonces que era primo de VíctorBrito (Guaypaco) -, apareció en escena aquella noche, llevando consigo un sencillo de 45 rpm. El joven nos estaba solicitando permiso para bailar, en nuestra propia fiesta, una canción que estaba sonando mucho en la radio por esos días y que se titulaba: El Pájaro Bañista. Creo que no tengo palabras para describir nuestra emoción al ver cómo bailaba aquel, hasta entonces desconocido, Lemus. Nos quedamos todos impactados, le solicitamos bailara la canción, varias veces, hacíamos una rueda a su alrededor para ver su espectáculo, y el joven, muy amablemente, repetía su actuación. Fue tal su desempeño y ejecución, que durante el resto de la noche le hicimos una agenda, con varias invitaciones a los cumpleaños y fiestas que teníamos en planes para las fechas más cercanas, a fin de darles un poco de realce y estilo juvenil, con el show de Lemus, de El Pájaro Bañista.

Los ensayos de Los Deivis se realizaban en la casa del señor Facho y la señora Ligia, que eran los padres de Víctor Brito. Víctor tenía varios hermanos, todos varones, Norberto -el mayor-, Eloy, Federico, Armando y Jesús. A medida que ensayábamos para conformar un repertorio de las canciones que interpretarían Los Deivis, surgían nuevas canciones y grupos de rock. Para entonces, el grupo The Beatles habían conquistado los más grandes mercados de la música, internacional, y su producción musical tan continua y variada, era de la preferencia del público, de manera que nosotros hacíamos esfuerzos por interpretar varias de sus canciones,lo cual gustaba mucho a nuestros amigos en el pueblo. Pero, a diferencia de los grupos musicales que estaban surgiendo entonces, Los Deivis no tenían instrumentos, ensayaban con una guitarra que tenía Víctor en su casa, con la cual estaba aprendiendo sus primeros acordes, bajo la tutela de un amigo llamado Edgar Salas, quien si poseía una guitarra española y colaboraba con nosotros en ocasiones durante el ensayo de alguna canción. Norberto también ponía mucha atención a nuestros ensayos y hacia oportunas observaciones, ya que era apasionado de la música y tenía buena voz para el canto. Los Deivis prestábamos mucha atención, a Norberto y a Edgar, y ellos nos animaban mucho también, pues, les parecía extraordinario que lográramos hacer los juegos de voces y coros tan parecidos a las versiones originales, tan solo con haberlas oído, es decir, sin tener las partituras musicales.A pesar de todo ello, no teníamos instrumentos, de manera que a pesar de tener un repertorio, bastante amplio y actualizado, nuestras presentaciones se escuchaban muy bien en el pequeño recinto donde ensayábamos, en el autobús que manejaba molleja, o en el “porchede alguna de las casas de nuestras amistades, pero no teníamos amplificadores de sonido, ni equipos similares, como para tocar en grandes salones  abiertoso escenarios. Pero eso no era todo, Los Deivis estaban constituidos por puros adolescentes, es decir, que no podían presentarse en lugares nocturnos, debido a la corta edad de sus integrantes. Para ese momento, recien creado el grupo, contaban con tan solo catorce años de edad promedio, lo cual era un obstáculo bastante serio, como para tener acceso a fiestas y lugares nocturnos, donde promocionar su música, de manera que la actividad artística de Los Deivis, se desarrolló, en sus inicios, con presentaciones en las emisoras de radio, como Radio Monagas, Radio Maturín y Radio Caripito. Radio Caripito, recién estaba al aire, y al igual que como hacía con otros grupos musicales de la región, dedicaba, ocasionalmente, un espacio de su programación al grupo Los Deivis y su música. Tan solo en esa emisora radial se realizaron más de doce o quince presentaciones, en días sábado o domingo, con una duración de una hora, tiempo en el cual se alcanzaba a interpretar unas ocho a diez canciones, con pequeños segmentos de entrevistas o preguntas que realizaban los locutores o presentadores acerca de las canciones, el grupo, etc. Los Deivis tuvieron que cantar muchas canciones de Los Beatles, porque además de representar un nuevo estilo juvenil, sus canciones abarcaban un espectro muy amplio dentro de la modernidad y no estaban limitadas a dar gritos o golpear salvajemente la batería. La sutileza de las canciones de Los Beatles fue rápidamente entendida por nuestra generación, y por ello, nos solicitaban incorporar a nuestro repertorio, muchas de esas canciones, las cuales pudimos interpretaren su idioma original (Ingles), gracias al apoyo de algunas familias que vivíanen el pueblo, que entendían y hablaban el idioma con mucha fluidez, fue así como, un día sábado, estuvimos en casa de los hermanos Rodríguez -los hijos del señor Chavalo- que vivían al lado del Grupo Escolar Pedro Gual, desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde, porque la gente nos pedia que incluyéramos en el repertorio la canción HELP, que era el éxito del momento, de Los Beatles, y no teníamos la letra, sin embargo, no recuerdo cómo fue que Ignacio y Chavalito, se enteraron y nos invitaron a su casa, porque ellos recién habían adquirido el disco y querían ayudarnos a escribir la letra mientras escuchábamos varias veces la canción. Varios días después, cumplidos los ensayos correspondientes, Los Deivis interpretaban la canción HELP en su idioma original y con el juego de voces muy bien acoplados, que los caracterizaba.  

La duración de este grupo musical fue de solo tres años, (1965 a 1968). El uniforme utilizado para sus presentaciones, era jeans, zapatos y camisa de color negro. La camisa era de cuello redondo, con cierre. Debajo de la camisa, franela blanca, y las medias, también, de color blanco. En algunas ocasiones, se usó suéter blanco, cuello de tortuga, pero más que todo, el solista o el baterista, es decir, no todo el grupo. Los Instrumentos eran, una guitarra, una pandereta y un redoblante con un platillo, con lo cual se trataba de asemejar el sonido de la batería. 

En el año 1965, simultáneamente con la creación del grupo Los Deivis, surgieron en Venezuela, los más importantes grupos de Rock, que ocuparon los primeros lugares en la radio, como lo fueron Los Darts, Los Impala, Los 007, Los Claners, y muchos otros, pero estos que aquí se mencionan, fueron los más destacados, durante el resto de esa década; de manera, que resulta fácil entender, que el repertorio de Los Deivis se enriqueció con toda esa producción musical que creaban o versionaban estos importantes grupos. Basado en lo anteriormente explicado, se puede especular un poco, y decir, que si se hubiese producido un LP con las canciones que más cantaron Los Deivis, en aquellos años 65 al 68, debería incluir, al menos, las siguientes melodías o canciones:

NELIDA (Grupo Desconocido)
TU LA VAS A PERDER (Los Impala)
DONDE,DONDE (Los Darts)
QUE ME IMPORTA (Los Impala)
MEJOR (Los Claners)
HOY LO SUPE (Los Claners)
SOPLANDO EN EL VIENTO (Los 007)
YO SOY ASI (Los Impala)
HELP (The Beatles)
VOY A EXTRAÑARLA (Los 007)
EL ULTIMO BESO (Los 007)


A pesar de todas las limitaciones,de edad, de falta de instrumentos y de equipos de sonido propio, etc, Los Deivis lograron asistir como invitados y hacer presentaciones en algunos eventos y celebraciones, tales como:
-Presentación como artistas invitados, en horas vespertinas (4:00 pm), en el Club Social Bolívar, en acto de celebración de Cruz de Mayo, alternando con Benito Quiroz, quien era el artista principal y se presentaba posteriormente.
-Presentación como artistas invitados, a las 8:00 pm, en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de Caripito, fiesta para recolección de fondos a beneficio del RETORNO A CARIPITO, amenizada por la Orquesta Tropical Swing Boys. (Nota: Para poder hacer esta presentación, el Comte Organizador tuvo que enviar a dos personas que se comprometieron con los padres a regresarnos a casa, personalmente, a las 9:00 pm, y así se hizo).
-Presentaciones en el Liceo José Tadeo Monagas, donde se hicieron al menos tres o cuatro presentaciones, que coincidían con actividades culturales y celebraciones de la institución, Estas presentaciones no tuvieron nunca problemas de permisologia, pues se realizaban en el horario normal de actividades,y en algunos casos, hasta las seis de la tarde como máximo. La mayoría de las presentaciones en el Liceo Monagas fueron en los años 67 y 68, de manera que estando próximos a graduarnos, dos de sus integrantes, y como quiera que había evidencias del buen rendimiento académico, no existían mayores restricciones para estas actividades o hobbies, salvo las limitaciones que imponían la falta de instrumentos. 

En una presentación en el Liceo Monagas, Los Deivis presentaron a Marcos Pereira, como nuevo integrante del grupo, pero además, llevaron artistas invitados para que los acompañaran en algunas de sus canciones, entre ellos, a Enrique y Gerson Saad. Ya en su tercer y último año de existencia como grupo, algunos integrantes se reúnen en la avenida Boyacá, con Bart y Bob, dos integrantes del cuerpo de paz, quienes eran instructores de deportes en la YMCA, y nos habían invitado para que viéramos una guitarra eléctrica con amplificador, propiedad de Bob, la cual nos estaban ofreciendo en venta en 200 bolívares. Bob tomo su guitarra, la encendió y nos deleitó durante un rato, con algunos acordes y solos de guitarra. Conversando un poco más, le hicimos un planteamiento, para que nos acompañara ese fin de semana a una presentación que tendríamos en Radio Maturín. Así se hizo, y la presentación tuvo un positivo impacto, debido a los recursos que Bob agregaba con los punteos y acordes de acompañamiento a cada canción que interpretamos..Esa tarde, al regresar de la ciudad de Maturín, nos recibieron en el pueblo con muchas preguntas, pero con júbilo, nos preguntaban si habíamos incorporado trompetas en el grupo o algo así.

Un mes más tarde, Los Deivis pudieron adquirir la guitarra de Bob, luego de hacer una intensa labor de recolección de fondos, en las casas de negocios y comercios del pueblo, quienes fueron muy generosos y contribuyeron sin objeciones, para que el grupo pudiera lograr su objetivo: Adquirir su primera guitarra Eléctrica, con su respectivo Amplificador.  

Los Deivis de Caripito, no fue un grupo de rock con metas y objetivos dirigidos a una profesión artística, sino más bien, una agrupación vocal, que alternaba sus estudios, intentando, a través de las canciones, expresar el sentir de nuestra época, nuestro gusto por la música y por los ritmos que surgieron junto a esa vigorosa y pujante generación que hacia vida en el pueblo de Caripito. Nuestras voces, eran las voces de todo el pueblo, de nuestro Liceo Monagas, de nuestros vecinos de Miraflores, de Quiriquire, de todos los pueblos de oriente, que no buscaban expresarse a través de lo individual o lo personal, sino más bien, a través de lo colectivo, lo generacional, a través de lo fantástico y emotivo que nos unía y nos hacía fuertes, solidos, consistentes, lo realmente importante, lo que nos transmitíamos unos a otros, cada tarde, en el autobús que conducía Luis Moya, el conductor del autobús de Rafael Salgado, mejor conocido como molleja.

 Miguel Fierro