sábado, 4 de julio de 2020

Desde el primer bolero




DESDE EL PRIMER BOLERO

          A propósito de que estamos en el mes del bolero, hay que ver cómo hemos tenido en nuestro país grandes intérpretes, mujeres y hombres, de este género que vino a conciliar la necesidad de un eslabón o de un vínculo que facilitara la relación humana más sublime. Es de hace ya cien años que se inventó el bolero en Méjico, con la canción “Morenita Mía”, que todavía suena. Una tía mía fue “serenateada” con esa canción (todavía no se manejaba el término) y terminó casándose con el que le llevó los guitarristas a su ventana, en la emblemática parroquia Santa Rosalía.

            Para mi concepto, nadie como Benny Moré, Javier Solís y Felipe Pirela, en el mundo del bolero. Cantantes con timbres sedosos y que no se pelaban una nota ni un tempo.

        Yo fui cantante de boleros en mi primera juventud (puedo usar ese término, según la moderna OMS..), con un grupo musical de compañeros estudiantes, pero que después fuimos creciendo y hasta tuvimos un tiempo ganando plata con ese grupo. Ese grupo y un bolero fueron los artífices para que yo tenga hoy dos preciosos hijos de los tres preciosos que me llegaron, un motín de dos que se fraguó en casa de los hermanos Ríos Reina de La Florida, los hijos de Don Pedro (q.e.p.d). Le dediqué a esa muchacha el bolero “Quiero verte una vez más”, y la verdad es que pude verla muchas veces más. 

De mi época de bolerista
de un conjunto musical

           Estaba de moda el bolero, que el maestro Billo agarraba los tangos y los transformaba a boleros. Esa costumbre se le arraigó en la época en la que tenía a José Luis Rodríguez de cantante, una persona por cierto que luego resultó un genio en las baladas y con un sentido musical espléndido.

          A pesar de que en baladas, y ahora en reggaetón, hay cosas muy buenas, el bolero sigue conservando su puesto, tanto en el presente como en el nostálgico. Yo le hago honor al género, en mi canal de You Tube, donde de vez en cuando me suelto las riendas. 

Hay que pensar que si no fuera por el bolero en el mundo existiera mucho menos gente, porque de las mejores maneras que hay para involucrarse plenamente con una dama son el ramo de flores, la serenata y el baile de un bolero.