martes, 26 de julio de 2022

El Cristóforo Colombo en un muelle venezolano

 


El Cristóforo Colombo en un muelle venezolano
El Puma se alojó en el barco, y la camarera, cuando abrió la puerta del camarote y lo vio, se desmayó”. Germán Del Cristo, ingeniero entrenante de SIDOR.

          A principios de la década de los años ’50 los viajes internacionales e interoceánicos para las clases trabajadoras tenían solo como alternativa al avión, pues el medio más utilizado era el barco, y más propiamente el trasatlántico, llamado así porque eran los italianos los que tenían los grandes astilleros en el mundo occidental, y era el océano Atlántico el que atravesaban para llegar a América, el destino por excelencia en esa época, dadas las grandes oportunidades que se presentaban para el trabajo seguro y bien remunerado.

          De las tres mujeres que nacieron de la procreación de mis abuelos maternos, dos se casaron con italianos venidos allende fronteras, una de ellas enamorada por cartas por el inmigrante. Se vinieron a ver por primera vez después de que se comprometieron con letras, pues ese hombre se vino y llegó a La Guaira tras un largo itinerario de casi un mes navegando en un gran trasatlántico italiano.

          Esa vigencia de los trasatlánticos para los viajes internacionales fue mermando con la proliferación, cada vez más arraigada, de la aviación civil en todo el mundo a tal punto de que los viajes internacionales por vía aérea se hacían cada vez más económicos, y tanto fue así que la gente comenzó a emigrar hacia el uso del avión, por razones obvias, y aquellos grandes trasatlánticos comenzaron a ser una carga pesada para sus propietarios por la poca afluencia de pasajeros.

          Entre los primeros barcos en ser retirados de circulación de las rutas por el Atlántico Sur estaban el Giulio Césare y el Cristoforo Colombo. Un poco antes se había hundido tras un choque con otro barco el Andrea Doria, que era el gemelo del Cristoforo Colombo.

          El Cristóforo Colombo permaneció en esa ruta hasta 1977, cuando resultó claro que era antieconómico su funcionamiento, siendo vendido ese mismo año a Venezuela, para su uso como un genuino e inusitado hotel.

        Resulta que en Venezuela estaba comenzando el famoso Plan IV de Sidor, para el desarrollo del hierro en Guayana, y no había suficiente capacidad para albergar rápidamente a tanto personal que se incorporaba aceleradamente.

          Cuando el inmenso barco llegó al Delta del río Orinoco, el Capitán arrió con nostalgia la bandera de Italia e izó la de Venezuela, y el barco llegó al muelle de Sidor ondeando la bandera venezolana, arrastrado por un remolcador. En poco tiempo lo acondicionaron y lo bautizaron con el nombre de “Residencias Cristóbal Colón”.

          Este barco llegó con sus salas de juegos equipadas. Tenía un piano, bares alfombrados de verde, discotecas, mesas de ping pong y piscina. Estas ventajas se permitieron que fueran utilizadas por los empleados, pero los consumos los pagaba cada quien. Firmaban las facturas de consumo y luego les descontaban de su salario esos gastos.

         Se presentaron artistas de la talla de José Luis Rodríguez y Carlos Moreán. El barco se convirtió en el sitio de esparcimiento por excelencia de las familias guayanesas por sus instalaciones, su buena comida, bebidas y una vida nocturna dinámica y amena.

         Pero la fiesta grande se armaba cuando llegaban barcos extranjeros al muelle de Sidor. Las tripulaciones, al desembarcar, se iban directo al Cristóforo Colombo, donde las fiestas se hacían interminables. Corrían los dólares en cantidad, tanto que lo comenzaron a llamar “la jaula de oro”. Allí los alemanes, italianos, coreanos y japoneses se daban la gran vida como si hubiesen llegado al paraíso terrenal. Tal afluencia había que el ambiente también captó la atención de féminas complacientes de la vida nocturna y fue la nota que terminó de darle el valor de lugar para la distracción más frecuentado de toda la comunidad relacionada con el Plan IV de Sidor.

         En el barco hubo varios incidentes relacionados con drogas, inclusive al administrador lo asesinaron desconocidos, localizándose su cadáver en el rio Orinoco, aguas abajo del barco. Debido a estos incidentes y a lo difícil de controlarlos, Sidor decidió salir del barco para evitar que se siguieran presentando.

      Apenas cuatro años duró el barco anclado en el muelle. En 1981 se presentó una empresa interesada. Fue la única que hizo una oferta. Sidor acordó con esa empresa y aceptó algo más de un millón de dólares para que se lo llevaran. El 10 de marzo el barco partió de Matanzas rumbo a Taiwan para ser desguazado y dejar así una estela de más de cien viajes interoceánicos con sultanes, estrellas de cine y otras celebridades internacionales en su interior, y de cuatro años albergando a más de 1200 personas y presentando artistas, comediantes y orquestas venezolanas, en un muelle venezolano.

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Cristoforo_Colombo_(1954)
El barco Cristóforo Colombo como solución urbana. Alfredo Rivas Lairet
Una Historia de Ciudad Guayana. Carlos Carpio, Puerto La Cruz.
El asesinato del administrador del Cristóforo Colombo. Tomás Matos.
Fotografía: De Wolfgang Fricke - Trabajo propio, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=100781509