martes, 19 de abril de 2016

Venezuela Capitanía y Nueva Granada Virreinato: una cuestión circunstancial

Venezuela Capitanía y Nueva Granada Virreinato: una cuestión circunstancial.

Muchos venezolanos se preguntan por qué Venezuela fue una capitanía y Colombia un virreinato del cual inclusive dependía Venezuela, si Venezuela fue descubierta primero que Colombia. Inclusive se preguntan por qué Bogotá es una ciudad con mucho más construcciones coloniales que Caracas, si son dos ciudades contemporáneas.

Efectivamente Cristóbal Colón tocó tierras venezolanas el año de 1498, siendo la primera vez que tocaba tierras continentales americanas. Además, las tierras correspondientes a Venezuela descubiertas por Colón y recorridas hasta la desembocadura del rio Orinoco por su misma gente, fueron reportadas como poseedoras de bellezas naturales nunca vistas y de riquezas tales como las perlas, y de la existencia de un sector al que denominaron El Dorado, dadas las informaciones que dieron los indios, como tierras poseedoras de una gran riqueza, sobre todo de oro.

Colón llevó esta información a los Reyes Católicos y estos lo siguieron apoyando para su cuarto viaje, pero en paralelo le financiaron un viaje a Alonso de Ojeda para que verificara lo expuesto por Colón. Alonso de Ojeda se fue de viaje y se llevó a Américo Vespucio, pero no se metió hacia donde había ido la gente de Colón sino que llegó a Trinidad y desde allí zarpó costeando el norte de lo que hoy es Venezuela y se llegó directo hasta la Guajira. Luego hizo un segundo viaje y de la Guajira se fue hasta Bahía Honda, bordeando costa atlántica de lo que hoy es Colombia. A raíz de esta expedición, otro señor llamado Rodrigo de Bastidas, también financiado por la Corona, en 1501 llegó a Bahía Honda y de allí siguió recorriendo costas hasta llegar a lo que hoy es la confluencia de límites entre Colombia y Panamá, por el lado del Océano Atlántico, y además descubrió la desembocadura del río Magdalena. De allí en adelante toda la atención se dirigió hacia esta zona de América (nombre asignado a estas tierras en honor a Américo Vespucio), zona por la cual siguieron recorriendo hasta descubrir el Océano Pacífico (Vasco Núñez de Balboa, 1513) y establecer en 1520 la Encomienda de Nueva Granada. A estas alturas, el territorio correspondiente a Venezuela no fue ni siquiera tocado en ninguna oportunidad, a excepción de la zona insular descubierta por Colón, donde se hizo un pequeño pueblo denominado Nueva Cádiz. Pero el territorio continental descubierto por la expedición de Colón en su tercer viaje no había sido visitado más por nuevas expediciones, a pesar de que ya se estaban creando asentamientos en las zonas aledañas al rio Esequibo y al rio Orinoco, hechos por los mismos descubridores colonizadores que se quedaron e hicieron vida en esos sectores a partir de 1498.

Toda la atención se concentró en aquellos otros territorios debido primordialmente al descubrimiento del Océano Pacífico, lo cual despertó un gran entusiasmo y provocó la llegada de varios navíos para continuar recorriendo hacia lo desconocido a través del rio Magdalena, aunado a la noticia de que al final de ese rio existía un imperio indio que manejaba grandes riquezas puesto que habían pagado un fabuloso rescate a un bando contrario para que les liberaran a su líder denominado Atahualpa. Fue cuando uno de estos expedicionarios de nombre Jiménez de Quesada, luego de un largo y devastador recorrido (perdió a más de las dos terceras partes de sus hombres), estableció en lo que hoy es Bogotá un campamento y le puso el nombre de Santa Fe de Bogotá (1536).

Entre tanto, otro de estos expedicionarios llamado Francisco Pizarro había tenido una avanzada con miras a doblegar al imperio inca, debilitado por sus luchas internas, lo cual logró finalmente en 1542 y estableció el Virreinato del Perú, que iba desde la Patagonia hasta Panamá. Para estas fechas en la zona continental primeramente conquistada correspondiente a lo que hoy es Venezuela apenas se había creado una pequeña estructura jurisdiccional teniendo como eje a la Provincia de Margarita, la cual se había fundado en 1525 y cuyo centro de operaciones era la ciudad de Nueva Cádiz.

Posteriormente, en 1550, se creó el Nuevo Reino de Granada como una división territorial del Virreinato del Perú, y al poco tiempo pasó a ser una Capitanía del Virreinato del Perú. Esa Capitanía tenía bajo su gobierno a todo lo que hoy es Colombia y Venezuela, a excepción de Caracas y sus alrededores, ciudad ya fundada en 1567, que era gobernada por otra jurisdicción dependiente de la ciudad de Quito.

Más de un siglo después, en 1717 esta Capitanía fue ascendida a Virreinato y 60 años después se creó la Capitanía General de Venezuela, dependiente de este Virreinato.

En conclusión podemos afirmar que el entusiasmo de los españoles por ponerle la mano al imperio inca fue lo que ocasionó una mayor atención a esta zona y el abandono del territorio correspondiente a lo que hoy en día es Venezuela. Inclusive ya siendo la Capitanía General de Venezuela, los virreyes de turno que despachaban desde Bogotá no le pusieron mayor atención y mucho menos a Caracas, una ciudad que se puede decir que fue fundada por Francisco Fajardo, un mestizo nacido en la Isla de Margarita (hijo de una prima hermana del Cacique Naiguatá), porque Diego de Lozada lo que hizo fue declararla ciudad a raíz de la Real Cédula que le dio el Rey. En cambio Bogotá,  apenas 30 años más vieja que Caracas, fue el eje de la conquista del imperio inca y el eje de  desarrollo de toda esa vasta zona que iba desde la Patagonia hasta lo que hoy en día es Panamá.

El gran reivindicador de Venezuela fue Simón Bolívar, nacido en Caracas y que desde los Llanos Orientales emprendió la lucha independentista del Virreinato de Bogotá, para sorpresa de todos los colombianos.

jueves, 7 de abril de 2016

Ni agua

Ni agua (especial para Últimas Noticias).
La represa de Guri requiere de unos cuatro millones y medio de litros por segundo de agua para generar  sus 10.000 megavatios de electricidad instalados y proveer el 70% de la electricidad que requiere el país. Con ese caudal de agua se cuenta sin problemas desde mayo hasta enero pues el agua se repone a diario en la represa y hasta sobra. De marzo a mayo se cuenta es con lo represado en el embalse, el cual almacena un volumen de 137 kilómetros cúbicos, el séptimo de mayor capacidad en el mundo.
La cota más alta de agua que tiene el embalse es de 266 metros, y la crítica, es decir, la mínima necesaria para el buen funcionamiento de sus turbinas es de 240 metros.
En condiciones normales de generación eléctrica, Guri requiere consumir  diariamente 12 cms de la altura de su presa, aproximadamente, lo cual equivale a contar con un caudal de 4800 m3/seg.
Toda el agua que se bombea a Caracas está en el orden de los 20m3/seg, o sea, el 0,4% de ese volumen. Es decir, pensar en reciclar por bombeo el agua del Guri para su reutilización por las turbinas es pensar en un sistema de captación, conducción, bombeo y deposición de más de 100 veces mayor envergadura que el sistema que posee Caracas y toda su área metropolitana.
El gran pesar que produce esta situación es que todos estos análisis se hacen porque los diseñadores de la presa nunca se imaginaron que vendría una degradación de la atmósfera tal que traería como consecuencia épocas de verano mucho más largas que la que arrojaron sus cálculos climatológicos y tampoco pensaron que la cuenca del Rio Caroni iba a perder su capacidad de producción y retención de agua, una cuenca que siempre fue de los sitios donde más llovía en el mundo. El largo verano y la depredación que producen la explotación minera, los incendios, los conucos, la apertura de trochas y la deforestación se confabularon para rebajar la capacidad de captación de la Cuenca.
Dolor da también ver que esa enormidad de agua que pasa por Guri se pierde pues se va al mar y no se aprovecha para el consumo humano a excepción de la ciudad de Puerto Ordaz. Ciudades como Caracas o Valencia, ejerciendo sus roles de ciudad capital y ciudad industrial, muy bien pudieran estar en las márgenes del río Caroní, fuente óptima de agua dulce y de electricidad, en lugar de seguir en las márgenes del paupérrimo y contaminado Río Tuy y del no menos devaluado Lago de Valencia, con una población en su gran mayoría hacinada, insalubre y colapsada, protestando porque… “no tenemos ni agua” y exigiéndole al Estado la construcción de costosos sistemas de distribución.