Ni agua (especial para Últimas Noticias).
La represa de Guri requiere de unos cuatro millones y medio de
litros por segundo de agua para generar
sus 10.000 megavatios de electricidad instalados y proveer el 70% de la electricidad
que requiere el país. Con ese caudal de agua se cuenta sin problemas desde mayo
hasta enero pues el agua se repone a diario en la represa y hasta sobra. De
marzo a mayo se cuenta es con lo represado en el embalse, el cual almacena un volumen
de 137 kilómetros cúbicos, el séptimo de mayor capacidad en el mundo.
La cota más alta de agua que tiene el embalse es de 266
metros, y la crítica, es decir, la mínima necesaria para el buen funcionamiento
de sus turbinas es de 240 metros.
En condiciones normales de generación eléctrica, Guri requiere
consumir diariamente 12 cms de la altura
de su presa, aproximadamente, lo cual equivale a contar con un caudal de 4800 m3/seg.
Toda el agua que se bombea a Caracas está en el orden de los
20m3/seg, o sea, el 0,4% de ese volumen. Es decir, pensar en reciclar por
bombeo el agua del Guri para su reutilización por las turbinas es pensar en un
sistema de captación, conducción, bombeo y deposición de más de 100 veces mayor
envergadura que el sistema que posee Caracas y toda su área metropolitana.
El gran pesar que produce esta situación es que todos estos
análisis se hacen porque los diseñadores de la presa nunca se imaginaron que
vendría una degradación de la atmósfera tal que traería como consecuencia épocas
de verano mucho más largas que la que arrojaron sus cálculos climatológicos y tampoco
pensaron que la cuenca del Rio Caroni iba a perder su capacidad de producción y
retención de agua, una cuenca que siempre fue de los sitios donde más llovía en
el mundo. El largo verano y la depredación que producen la explotación minera,
los incendios, los conucos, la apertura de trochas y la deforestación se
confabularon para rebajar la capacidad de captación de la Cuenca.
Dolor da también ver que esa enormidad de agua que pasa por
Guri se pierde pues se va al mar y no se aprovecha para el consumo humano a
excepción de la ciudad de Puerto Ordaz. Ciudades como Caracas o Valencia,
ejerciendo sus roles de ciudad capital y ciudad industrial, muy bien pudieran
estar en las márgenes del río Caroní, fuente óptima de agua dulce y de electricidad,
en lugar de seguir en las márgenes del paupérrimo y contaminado Río Tuy y del no
menos devaluado Lago de Valencia, con una población en su gran mayoría hacinada,
insalubre y colapsada, protestando porque… “no tenemos ni agua” y exigiéndole
al Estado la construcción de costosos sistemas de distribución.
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