martes, 9 de septiembre de 2014

El Puente Mercosur


(Especial para Últimas Noticias)

La moda francesa traída por Guzmán Blanco dominó la escena en el siglo XIX no solamente en Caracas, sino en las carreteras y hasta en los puentes donde el mismo Gustav Eiffel prestó uno, según cuenta la leyenda, colgante y prefabricado en hierro, para ponerlo sobre el Río Cuyuní.

Comenzaba un afán por superar las márgenes de nuestros grandes ríos que muy pronto abarcaría al Orinoco cuando Lustgarten, aquel polaco que a la postre diseñaría también el puente sobre el Lago de Maracaibo, proyectó por fin el primer pasaje sobre el magno Río que posteriormente construyó una empresa venezolana, la misma que sustituyó hace poco y en tiempo récord por un imponente viaducto al puente caído de la autopista Caracas - La Guaira.

En aquella misma década de los años '60 se iniciaron los estudios para hacerle al Río Orinoco un segundo puente pero no fue sino medio siglo después que se vio surgir gracias al vital impulso dado en la década pasada. Con ese mismo impulso, ese mismo día el Presidente de la República colocó la piedra fundacional para un tercer puente sobre el magno Río, esta vez para unir a los poblados de Cabruta con Caicara, ambos destinados ahora a conformar una gran ciudad.

Fue así como comenzó a gestarse el imponente Puente Mercosur, el más largo de Latinoamérica, al cual se le puso ese nombre premonitorio dado aquel sueño largo e inquebrantable de integración con los países del sur, ya hecho realidad.

Hoy, 6 años después de su gestación, Mercosur está construido en un 62% en el mismo tiempo que tardó el Orinokia en terminarse. Es decir, mucho más de la mitad del Mercosur construido en seis años de trabajo, un puente que es cuatro veces más largo que su antecesor y que además incluye una línea férrea, y que si no hubiese sido por los inconvenientes laborales y económicos surgidos el Presidente Chávez lo hubiese podido inaugurar.


El Puente Mercosur integrará a la región de las industrias básicas con el nuevo polo de desarrollo nacional que está enclavado en el geocentro del país, justo sobre Cabruta, una inmensa explanada de comprobada vocación agrícola y que posee inmersa a la Faja Petrolífera del Orinoco, hoy por hoy generadora principal de nuestra riqueza más importante. Definitivamente se trata de haber tendido un puente a la vital integración que toma en cuenta a la verdadera geocultura nacional, a sus bases ecológicas y a los inmensos recursos territoriales, constituyéndose esa integración en un gigantesco desarrollo endógeno que será base de nuestro futuro.

Son consecuencias de un sueño presidencial de visión universal, después de medio siglo de desolación, un sueño que se convierte en base integradora para el progreso, y que significa quince veces más vialidad sobre nuestro magno río, y que incluye a un tren que en cada pitido muy pronto hará recordar que si no hubiese habido sueños no hubiese habido obras.

José Durabio Moros
Ingeniero Civil
josedurabio@gmail.com
@durabio

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