Los terremotos y las
fallas de Venezuela
(salirle al paso a las especulaciones)
(salirle al paso a las especulaciones)
Los terremotos ocurridos recientemente han servido
para muchas cosas. Además de para las televisoras ganar rating y algunos
políticos y artistas tomarse fotos con los afectados y ganar popularidad, han servido
también para especular con las predicciones, que van desde la
ocurrencia de otros terremotos peores hasta la desintegración de la Tierra.
Nada más lejos de la realidad. No se ha podido predecir los terremotos y La Tierra tiembla desde que
tenemos conocimiento de su existencia como planeta. La Tierra es un planeta
joven, lleno de vida, y como todo ser viviente se transforma a lo largo del
tiempo. Todos sabemos que el continente americano es una escisión de Europa y África,
y el continente americano se sigue moviendo del este hacia el oeste, y en ese
viaje choca contra las placas tectónicas del Océano Pacífico, que son más lentas que
ellas en su movimiento por ser de mayor edad. Este choque de placas, que son
grandes masas de corteza terrestre, es lo que origina los terremotos, que no es
otra cosa que la energía liberada en esos choques.
Los terremotos se originan por lo tanto en lo que se
denominan las fallas, que no son más que zonas donde interactúan estas grandes
masas o placas tectónicas en sus movimientos, donde chocan entre sí debido a
sus diferencias de velocidad de movimientos, que son en varias direcciones. Entre
las fallas más importantes del mundo están la de San Andrés, que divide a
Norteamérica del Océano Pacífico y la
Fosa de Perú Chile o Fosa de Atacama que va a todo lo largo de la costa
occidental suramericana, ambas muy activas en nuestra Era.
Venezuela pertenece a la Placa Suramericana pero está
bastante lejos de la Falla de Atacama. A Venezuela le pasa la Falla de Boconó
por la Cordillera de los Andes, la Falla de San Sebastián por la Cordillera de
la Costa y la Falla de El Pilar en el Oriente, todas de comportamiento discreto,
comparativamente. Las tres unidas dividen a la Placa Sudamericana de la Placa
del Caribe, con movimientos que históricamente no son de mayor cuantía, a excepción
de eventos como los de 1812, 1900 y 1967, excepcionales. Se dice que la Placa
del Caribe se mueve un promedio de un centímetro por año hacia el oeste, a lo
largo de estas fallas, y es lo que produce la mayoría de los movimientos
telúricos que suceden en el País, casi todos de intensidad baja (magnitud igual
o menor a 3) a media (magnitud entre 3 y 5).
De tal manera que podemos estar relativamente mucho más
tranquilos, o mucho menos intranquilos que nuestros congéneres de la Costa
Oeste de EEUU, de la costa suroeste de México y de las costas de Ecuador, Perú
y Chile, sometidas al comportamiento histórico de las fallas de San Andrés y de la
Fosa de Atacama, con mucha actividad en esta época.
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