lunes, 11 de agosto de 2014

Cuesta arriba Parque Caiza


(Especial para Últimas Noticias)

Hace tiempo presenté al antiguo Minfra un proyecto para hacer el nuevo cementerio de Güiria, dada su necesidad. El terreno que me dieron como disponible era tan escarpado que diseñarle la vialidad no me fue fácil. Tanto fue el control de mis inspectores que tuve que rehacerlo tres veces.

Yo me pregunto porqué a los proyectistas de todas las urbanizaciones apostadas en las colinas al sur de nuestro Río Guaire no les hicieron lo mismo: todas con una vialidad de acceso empinada, desagradable y peligrosa. Subir a Colinas de Santa Mónica, a Colinas de Bello Monte o a Los Naranjos es recordar todos los días a los proyectistas y a las autoridades de aquella época, responsables de por vida de la antieconómica, peligrosa, antipática, y única manera de llegar allá arriba.
Lo peor es que la dejadez y la ligereza vial en nuestra apurada capital continúan como si nada y lo vemos de nuevo en Lomas de Parque Caiza, donde ha surgido un gran sector urbano de la colapsada ciudad de Caracas, que ya no hayan dónde construirle. Lo que hay allí no se ve desde abajo, pero es impresionante la cantidad de edificios y la altura autorizada.
Mi hijo compró allí su apartamento, y haciendo el recorrido para ir a conocerlo me di cuenta que lo que les espera a todos es una subida de más de cinco kilómetros, longitud que es el doble de la bajada de Tazón. Le medí la pendiente y me dio muy superior a la de ese tramo de autopista, construido irresponsablemente y que ha producido más muertes que una guerra civil. Pero eso no es todo: se trata de un trayecto angosto y de muchas curvas, buena parte de ellas cerradas y sin protección. En fin, un peligroso adefesio violatorio de toda norma de vialidad, construido a punta de ojo y que atenta contra la vida.
Esa situación es grave desde el punto de vista urbanístico, y amerita atención inminente de las autoridades. Por simple humanidad se debe ejecutar un proyecto vial idóneo, con el concurso de los promotores que allí han construido y del gobierno regional para de esta manera humanizar el angustioso acceso. Salvarle los vehículos a tanto compatriota es la otra cosa, pues todos llegan recalentados allá arriba y con la cadena de los tiempos cada día más distendida, así sean rústicos; y aunque no lo noten todos van a morir a la mitad de su vida útil.
José Durabio Moros

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