miércoles, 19 de junio de 2024

Fallar por la base

Caso de asentamiento de monopilote en una casa.
La estructura no ha fallado, pero la columna está cayendo en vertical,
lo cual lo evidencian las corridas del friso a lo largo
de las juntas con otros elementos estructurales, y la mampostería.

FALLAR POR LA BASE 
"Árbol que nace torcido, nunca su tronco endereza". Refranero popular.-               

                Toda falla estructural, en condiciones normales, en una edificación de columnas y vigas de concreto armado, tiende a ser de lento crecimiento, pero tiene la virtud de anunciarlo, en unas edificaciones mejor que en otras. Claro que las estructuras sometidas a movimientos extremos horizontales, que es el caso de los movimientos sísmicos, ofrecen otro tipo de respuesta, pero es otro caso. Por ejemplo, aquellas edificaciones cuyas estructuras (columnas y vigas) están frisadas, tienden a avisar más rápido de que no pueden más, bien sea por suelos degradados o por infraestructuras inadecuadas. Suelen avisar más rápido que las hechas con acabados en obra limpia, bien sea martillada o lijada, por una razón muy sencilla, y es que el concreto armado es más elástico que el friso de acabado.

                El friso de acabado solamente se defiende bien en micro elasticidades, como las producidas por los cambios de temperatura en el medio ambiente, pero las plasticidades, es decir, aquellos movimientos que no vuelven a su lugar de origen, o se regresan a medias, siempre son detectados por los acabados frisados.

                En Caracas nuestra capital tenemos muchos ejemplos de micro elasticidades y micro plasticidades, de las cuales, gracias a los frisos, algunas se han podido atender a buen momento y se han salvado las edificaciones. 

                Hay un centro comercial en nuestra ciudad, muy popular, que presentó indicios de fallas de infraestructura muy elocuentes, con fisuras y grietas formadas prácticamente a todo lo ancho y largo de las placas de los entrepisos que permitieron actuar con la premura necesaria, tanto es así que hubo tiempo de hacer una rigurosa visión de la situación, y una inmediata conceptualización. Hoy en día el funcionamiento del aspecto estructural  de esa edificación responde perfectamente a los movimientos y a las cargas que recibe. Fue una realidad percatada a tiempo, por lo que fue también una recuperación hecha a tiempo.

                He visto muy de cerca casos de edificios altos, privados, donde hay movimientos diferenciales porque uno o dos pilotes fueron fallando paulatinamente hasta que comenzaron a aparecer los indicios en los frisos de las fachadas y de los interiores de los apartamentos, los cuales cada vez se hacían más elocuentes. En algunas de estas situaciones me ha tocado servir de práctico en el lado de los demandantes, y siempre se trata que se deben a problemas de infraestructura, los cuales suceden mayoritariamente por fallas en el suelo portante debido a falta de un estudio geológico, así sea superficial, a un deficiente estudio de suelos, o se deben a fallas de construcción, o a fallas de proyecto, en cuanto a la escogencia del tipo de infraestructura, de sus dimensiones, y otros parámetros.

                En los edificios, estas deficiencias pueden hacer al edificio inhabitable, dado lo dificultoso que es reparar una falla de infraestructura, que la mayoría de las veces la única solución posible es parar el hundimiento del pilote, o de los pilotes, según sea lo que exista allí, en base al enriquecimiento de la calidad del suelo, para lo cual hay varios métodos, todos costosos, unos más que otros. Pero de allí a recuperar la posición inicial de la estructura, es decir, hacer la alzada del pilote a su posición inicial con la consecuente vuelta de la superestructura a su posición inicial, no he tenido la suerte de haberlo visto en mi vida profesional, pero sí he sabido de algunos casos, como el de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, donde el tiempo que se llevó, y el despliegue de recursos técnicos y económicos que se llevó ese magno procedimiento fueron extraordinarios.

                En Venezuela he visto situaciones de fallas de infraestructuras muy de cerca, incluso actualmente, que tengo un caso típico, como se puede ver en la fotografía, con un monopilote. Incluso, en mi trayectoria profesional, he vivido casos donde los propietarios han demandado a las empresas promotoras por situaciones de hundimiento de pilotes con las lamentables consecuencias que se produjeron en sus apartamentos, situación la cual ha puesto en verdaderos aprietos a la empresa promotora, quienes a su vez demandan a la empresa constructora, quienes a su vez hacen lo mismo con el inspector contratado, o con la empresa de proyectos, y ésta con la empresa de los estudios preliminares, en fin, que la tragedia se vuelve una verdadera calamidad, en la cual los propietarios de las casas y los apartamentos no tienen nada que ver, pero son los que sufren más las consecuencias porque al final pierden sus propiedades por lo inhabitables que se tornan.

                La recomendación entonces es que, al adquirir inmuebles, se cercioren de la calidad de la promotora. Averiguarle el currículo a la constructora no está demás, y tampoco está demás que la promotora le emita a cada comprador una póliza de seguro contra fallas estructurales del edificio. Inclusive cerciorarse de que la póliza sea confiable. Yo la sometería a auditoria por empresa competente para certificar su idoneidad. 

                Pareciera que es exagerado lo que acabo de decir, pero se trata de una importante inversión que se tornaría difícil de recuperar, o se tornaría irrecuperable. Y si ya no existe la empresa promotora, o la constructora, como sucede con mucha frecuencia, lo único que quedaría por hacer es lamentarse.


lunes, 17 de junio de 2024

Contigo en la distancia

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CONTIGO EN LA DISTANCIA
"¿Dónde está la memoria de los días que fueron tuyos en La Tierra, y tejieron dicha y dolor, y fueron para ti el universo?". Jorge Luis Borges.-

            No sé a ciencia cierta de qué año es esta foto, pero allí papá luce como un joven de unos dieciocho años. Está con los primeros amigos que hizo en Caracas: Gilberto Martínez y Jacinto Nouel. Él se vino a Caracas desde Capacho de trece años, con mi abuela, una sobrina recién nacida y una mochila de monedas que le mandaba a mi abuelo su hermano, producto de que le había comprado su parte en la finca de la que vivían en la depresión del Táchira. Papá vino comandando ese "batallón" por el ferrocarril del Táchira hasta Encontrados, y de allí para La Guaira en un barco. Estaban dejando al Táchira para siempre.
        Llegaron a La Guaira a una casa que tenía mi abuelo alquilada, y mi papá, quien era el menor, entregó, a sus hermanos, a mi abuela, a mi primita, y a la mochila de real.
        Mi abuelo no estaba allí. Estaba en Margarita. Era Comandante de Armas de esa Isla, donde lo puso Gómez al llegar al poder, pero todavía tenía la casa de La Guaira porque anteriormente era Presidente del Estado Vargas, y al llegar Gómez a la presidencia del país, lo sacó de allí y lo mandó a Margarita.
        Mi papá duró en La Guaira unos cuatro años, porque se mudaron para Caracas a una casa que había comprado mi abuelo, de Alcabala del Valle a Hermanas Peláez (hoy de Alcabala a Peláez), para mi abuela, quien después de tener seis hijos en Capacho (el último fue papá), fue que vino a conocer el mar, y a Caracas, al igual que mi papá. Se deben haber quedado absortos con ese viaje en un barco, y al ver el mar.
        Papá había sacado la primaria en una escuela de San Cristóbal, donde estuvo en una casa que le prestó a mi abuela un hermano de ella, pues ese señor se había venido a Caracas a un cargo importante que le había dado Cipriano Castro. En esa escuela conoció a Isaías Medina, luego presidente de la República. Eran dos niñitos. Luego en La Guaira comenzó el bachillerato.
        Ya en la casa de Caracas, conoció a Jacinto Nouel (sentado en la foto), su primer amigo en la ciudad, quien estaba enamorado de mi tía Leticia y le hacía la corte. Mi papá estaba terminando de sacar el bachillerato, donde conoció a Gilberto Martínez, amigo de toda su vida, el otro que está en la foto; y conoció a la que luego sería su primera esposa, María Adrián. Mi papá, el que está parado del lado derecho de la foto, se graduó luego de bachiller y decidió estudiar dentistería por insistencia de su amigo Jacinto, el novio de mi tía, y Gilberto se fue con él. Jacinto, unos años mayor que papá, ya estaba adelantado en la carrera, y Gilberto y papá estaban comenzando su estudio en la Universidad Central de Venezuela, que funcionaba en lo que hoy en día es el Palacio de las Academias.
        A la larga Jacinto, no sé cómo hizo, se convirtió en dentista del presidente Gómez, y Gilberto y papá montaron un consultorio de Miguelacho a Misericordia. Mi abuelo había dejado la milicia y se había ido al estado Apure a criar ganado, que era lo que le gustaba y hacía en Capacho. Ni papá ni mi abuela lo volvieron a ver más nunca.
        Finalmente se casó mi tía con Jacinto, y al tiempito se murió mi abuelo en Apure. Mi papá se acababa de casar con María y se la llevó a vivir con él a la casa de mi abuela. Al tiempo, a papá lo nombraron secretario de gobierno en el estado Sucre, ya con Gómez en el poder, y se llevó a mi abuela. María no soportó la vida sin papá y se fue a vivir con sus padres de ella. Al tiempito papá dejó el cargo de Sucre porque habían matado al gobernador y se regresó a Caracas, se reconcilió con María y tuvieron otro hijo, una niña.
A papá se le murió María, quien lo dejó con esos tres hijos, ya unos jóvenes. Isaías Medina llegó a la presidencia y lo nombró Director General de Bienes Nacionales. Tengo esa gaceta por allí guardada. Ya viudo, se le murió su mamá, mi abuela, que la tenía viviendo en una casita que hacía esquina frente a la iglesia de San José, no San José del Ávila, sino San José, y la cuidaba su hija mayor. Conoció a mamá por esos días porque esta hija era amiga de ella en la Juventud Católica Femenina que funcionaba también en San José. Papá quedó encantado y empezó a hacerle la corte hasta que se casaron, como a los dos años de haberse conocido.
Enseguida comenzó la paridera, típica de esa época, que las mujeres vivían para parir, cuidar al marido y atender la casa.

El hato que era de mi abuelo en Apure lo cuidaba ahora su hijo mayor, quien murió al año de casarse papá y mamá. A mi papá se lo comió la idea de administrar él mismo el Hato, y empezó a viajar a Apure, unas veces en avión, y la mayoría de las veces en carro.
Mamá pasó todos los cinco años de su matrimonio viviendo esas angustias. Digo todos los cinco años porque papá murió en esa refriega, empeñado en poner a producir al Hato para dejar a mi mamá bien acomodada, y no lo pudo hacer. Para ese momento mamá ya había concebido cinco hijos, uno por año de matrimonio, y parido cuatro, pues el último lo tenía todavía en el vientre, a punto de nacer.
Papá vivió 55 años. Yo tenía apenas dos años cuando se fue. No lo recuerdo, aunque quizás sí me vengan a la mente uno que otro capítulo, muy difusos, pero le agradezco haberme dado la vida, y sus buenas intenciones con mamá.
Bueno papá: para el comercio, hoy es el día del padre, pero para mí, es otra oportunidad para compartir contigo en la distancia. Como todos los años en este día, me jacto de ti. Hoy te regalo mi imaginación, y esta foto, que la coloreé pacientemente, imaginándote. Así que, papá, pasa un feliz día, y me alegra que ya estés compartiendo con mamá por esos lares, una bella persona, muy enamorada de ti siempre, quien te guardó luto por mucho tiempo, nunca se volvió a casar, y nunca se quitó el apellido Moros.
Besos y abrazos en la distancia.

Todas las r

domingo, 9 de junio de 2024

Carare



CARARE
“En las noches claras, resuelvo el problema de la soledad del ser. Invito a la luna y con mi sombra somos tres.” Gloria Fuertes.

          Esta fotografía se ha puesto muy de moda últimamente. La he visto en Facebook, en Instagram, y también en TikTok, y la traen a colación por diferentes motivos, entre ellos, los bultos de colegio que se usaban, y el hecho de que un kindergarten sirviera también como sellado del 5 y 6.

          Yo la conservo porque la recorté de un periódico, hace ya varios años, pero la refiero porque el niño que viene después del que está en el umbral de la puerta, soy yo, de cuando vivíamos mi mamá y sus hijos en la urbanización Delgado Chalbaud, conocida normalmente como Coche. La Escuela se llamaba Rafael Rangel, y ese señor que está atendiendo la salida de los niños es su dueño, el profesor Padilla, quien era muy considerado con mi mamá con el asunto del pago de las cuotas, que siempre estaban atrasadas.

          Allí estuve hasta segundo grado. Me sacaron de esa Escuela porque mamá encontró una oportunidad en el colegio San Agustín de Los Jardines del Valle, que era un colegio católico, su ambición. 

          Salí de la escuela Rafael Rangel con segundo grado aprobado, una promovida galanteada por una nota que aparecía en mi Libreta de Control Escolar que decía: “Definitiva: Excelente”, firmada por Conchita Osío de Bello, mi primera maestra, quien, cuando yo estaba en kinder, las notas que colocaba mensualmente en mi boleta eran radicalmente diferentes, pues siempre hablaban de que mi comportamiento era terrible. La verdad es que no recuerdo a qué se debía ese comportamiento. Lo que sí sé es que a los dos años de estar yo allí, entraron en la Escuela mis dos hermanitos, y, según me contaba mi mamá, desde allí en adelante comencé a ser otra persona.

         Pero en realidad, al ver la foto, me acordé fue de la novia del profesor Padilla, a la que conocí en la casa de él, y era una mujer muy bonita.

         Resulta que el profesor Padilla era soltero, y vivía en uno de los bloques de Coche. Una vez le dio neumonía y recuerdo que mi mamá, siempre atenta con nuestros profesores toda la vida, nos llevó a los hijos para hacerle una visita comenzando la noche. Lo encontramos postrado en su cama, con la ventana abierta y el resplandor de la Luna encima. Estaba pálido como una hoja seca y con la cobija tapándole hasta el cuello.

        Recuerdo esta experiencia como todas las primeras que nos suceden a esas edades tempranas. Allí estaba con él una mujer, más o menos como de la edad de mamá, de cabello negro azabache, bonita, a quien se le notaban dos colores de piel en las manos, en los brazos y en el cuello, como si fuesen charquitos de leche en un delta. Yo quedé impresionado, porque era la primera vez que veía a una persona con la piel de esa manera.

        Todo me pareció muy triste. Solamente al ver al Profesor en ese estado y a la señora con esa piel, me supuse un cuadro de una situación de mutuo auxilio, donde ella lo cuidaba a él y él la protegía a ella, y eso me hizo sentir mejor. La revolución que sucedió en mi mente en ese momento es absolutamente cierta porque así la recuerdo hoy en día. 

         Al regresarnos a nuestra casa, y ante mis preguntas, mamá me explicó lo que le pasaba a esta señora, la novia del Profesor Padilla. Así me informé de las causas del panorama, aprendí algo nuevo, y confirmé con mi mamá la impresión que me había llevado. 

 

lunes, 29 de abril de 2024

Nadie me quita lo bailao


 NADIE ME QUITA LO BAILAO

"Esa hermosa época que se nos presenta en una etapa de nuestras vidas, que hay que saber cómo entrarle y cómo aprovecharla, pero también cómo salirse". Espartaco Santoni

          Para hacerle honor a este blog en cuanto a lo vivido, en este post voy a recordar algunas visitas a locales de comida gourmet de calidad y a locales de diversión en la vida nocturna, a los que en algún momento tuve la suerte de ir, donde me sucedieron algunas particularidades que me ayudan a hacerlos inolvidables.

          Seguramente una buena cantidad de mis contemporáneos recordarán algunos de estos sitios, Muchos de estos locales y sus personajes, entre ellos sus dueños, o artistas, o personas en ellos conocidas, y otras que por diferentes motivos se me cruzaron durante esos menesteres, dejaron, por alguna razón, huella imborrable en mi persona.

         En La Castellana, a media cuadra de la plaza, funcionaba la discoteca Víctor's, que recuerdo que era de Víctor Salicetti, a quien conocía pues sus hijos Harry y Orson estudiaron conmigo en un internado que quedaba en Los Teques. Con el paso de los años ese señor fundó una discoteca en La Castellana y cuando lo supe me fui a curiosear. Primera vez en mi vida que iba a una discoteca. Fue un reencuentro de mucha alegría. Le pregunté por Orson y me contó que lo ayudaba en la administración hasta que emigró a Nueva York, y hoy en día es un especialista reconocido en la escena de la coctelería y dueño de un restaurant en Miami, y por allá se quedó. Una grata noticia pero fui esa única vez a la discoteca Victor's.

         También a un señor llamado Héctor, del Restaurant Héctor's, que quedaba en la Av. Casanova. Este señor no recibía al hombre como recibía a las damas cuando uno llegaba a la mesa. Nos daba a ambos, eso sí, un apretón de manos, pero a ella le obsequiaba una rosa roja, y luego, en su idioma francés, le recitaba el menú a ella, de memoria. Después venían sus amables aclaratorias en español. Un personaje inolvidable.

         Héctor también montó un Héctor’s en Parque Central, al cual visité a pocos días de su inauguración, pues yo tenía mis oficinas en ese Complejo, el cual tenía de todo, y de calidad: desde viviendas y oficinas hasta comercios, restaurantes, bares, cine. Hasta un gran museo de arte contemporáneo tenía. Este Héctors de Parque Central no duró mucho por el pequeño detalle de que él iba mucho más era al de la avenida Casanova.

         En Parque Central también estaba el Restaurant El Parque, donde se concentraron los ojos de sibaritas caraqueños. Allí se hicieron famosas Floria Márquez y Nancy toro, insignes cantantes venezolanas. Era un lugar de gran calidad en las comidas y en la atención, y en el ambiente. Tanto así que provocaba quedarse toda la tarde después de almorzar. Qué de recuerdos en el restaurant El Parque.

         Otro lugar espectacular para bailar y cenar era El Sarao, localizado en Bello Campo. Allí conocí a Armando Biart, quien cantaba para los visitantes, pero él lo hacía como una especie de cortesía pues realmente él era el administrador de ese local. Fui a El Sarao con inversionistas de un proyecto de edificios que yo atendía como ingeniero, de los cuales uno era socio allí. Este señor me invitó esa noche, junto con otros ejecutivos de su empresa, y me presentó a Armando. Allí conversamos un rato. Fue cuando supe que se había iniciado en El Club del Clan, pasando luego por varios grupos musicales hasta que lo entusiasmaron para que administrara El Sarao.

          De allí en adelante mantuvimos una buena amistad, dada su relación con los dueños de la empresa donde yo trabajaba, por donde lo vi pasearse varias veces y compartimos en varias oportunidades, entre ellas una ida a la Isla de Margarita, donde fuimos a ver unos terrenos y nos alojamos en el Hotel Bella Vista.

          Qué me iba a imaginar yo que aquel Armando, persona amable, galán, dicharachero, buen cantante de voz recia y potente, y a quien perdí de vista, había cruzado de nuevo el mar hacia la bella Isla de Margarita, pero esta vez fue para quedarse por allá y desde allá volar a la eternidad.

          Hubo una época en la que canté boleros en Mi Vaca y Yo con el trío Los Henry. Este lugar era de Henri Charriére, el francés que escapó de la Isla del Diablo, de la Guayana Francesa. Este restaurant quedaba en la carretera vieja de Baruta y tenía el atractivo de una vaca amarrada en la entrada, con una campana guindando del cuello, a la que paseaban por dentro del restaurant a la media noche. Fue la primera inversión de Charriére en Caracas. Yo vine a conocer a Charriére muchos años después en Le Garaje, un bar acogedor que quedaba en Chacaíto, y allí le perdí la pista porque una vez fui con su libro en mi mano para que me lo firmara, pero ya había vendido el local.

          Una discoteca espectacular era La Lechuga, ubicada en el centro comercial Los Cedros, de la avenida Libertador, la cual tenía un portero argentino que era estricto para dejar entrar. Allí fui una vez con Carmen Victoria Pérez, actriz, animadora y locutora venezolana, unos años mayor que yo, pero era tan atractiva que no me le negué cuando me invitó a salir a bailar, luego de la segunda vez de tomarnos un café en la panadería de la esquina de nuestras casas, pues éramos vecinos. Nos fuimos a La Lechuga en su Camaro amarillo. La Lechuga era un lugar de vanguardia. Para sentarse había como una especie de gradas forradas de una tela azul brillante, gradas que estaban ubicadas alrededor de la pista de baile, toda una novedad. La música era muy variada y la mejor de la época.

          En el centro comercial Chacaíto estaba la discoteca Eva, de grata recordación. Su dueño era el amable español Miguel Ángel Martínez, quien recibía a los clientes personalmente en la puerta del local, dando la mano y una palmada en el hombro. En ese local conocí a Hilda Carrero, en circunstancias muy particulares, con quien luego tuve una corta amistad y un pequeño flirt, pues terminó casándose con el portugués Juan Fernandes, quien era el dueño de la discoteca City Hall del centro comercial Ciudad Tamanaco (CCCT). Casualmente yo tenía una oficina de proyectos en el CCCT y allí se presentaron Hilda y él a solicitar que les hiciéramos una casa en un terreno que tenían en Prados del Este. Yo no estaba en ese momento, pero luego de la noticia de mis socios, fuimos al terreno el maestro de obras y yo para conocerlo, y para mi sorpresa allí estaba Hilda con su esposo. Nos saludamos con mucho cariño, y luego, en las conversaciones con mis socios, se mostró muy entusiasmada con la idea de que les hiciéramos la casa.

          En el mismo Centro Comercial Chacaíto quedaba el L'Club, del Catire Fonseca, donde tuve oportunidad de ir unas tres veces con unas amigas colegas del hoy extinto INAVI, y una de ellas era amiga de Oscar Bertil, quien era uno de los dueños de ese local y tenía negocios en la construcción. Bertil nos regaló a cada uno un pase al L'Club, creo que por tres meses. A ese local solo fui un par de veces más. Allí me topé con Miguel Ángel Martínez nuevamente, quien me saludó, a pesar de que apenas habíamos cruzado palabra en su local, y me presentó a María Antonieta Cámpoli, ya arquitecta, y a su esposo, y a Mirla Castellanos, esposa de Miguel Ángel, con quien ya tenía varios años de casado. Era un lugar muy acogedor donde asistía gente muy agradable.

          En La Castellana hay que hablar del Sunset, donde cantaba Mateo, de buen repertorio, y enfrente estaba el Number Two con la música de Julio Profeta, quien permitía que gente del público cantara. Allí canté por primera vez en un piano bar, azuzado por el grupo con el que estaba, y luego de cantar se me acercó un señor a la mesa para ofrecerme contrato para que cantara allí todos los viernes, lo cual me sorprendió y por eso mismo, de entrada no acepté. pues, aunque me gusta cantar, siempre lo he hecho como un hobby y nunca he tenido infraestructura como la tienen quienes están en eso, y yo tenía mis compromisos en el mundo de la construcción.

          Frente a la autopista del Este, calle de por medio, en Bello Monte, funcionaba La Peña Tanguera, Este local trajo una vez a un cantante de tangos argentino que se llamaba Rubén Juárez, de muy buena presencia y además buen ejecutante del bandoneón. Luego de oirlo cantar, me gustó tanto su estilo, su voz, sus canciones, que me aprendí las canciones que promocionaba en esa época, que era la de sus inicios. Me puse a buscarlo por Internet y logré su correo electrónico, al que le escribí con la suerte de que me contestó con mucha amabilidad. A la larga hice amistad con él, y en Buenos Aires lo fui a visitar a su dancing, el Café Homero, donde cantaba el que quisiera, y él no cantaba. Allí canté el único tango que me sé bien de memoria pero que no es de él, y dos de él, que me los sabía todos de memoria: Una piba como vos y Canilla. Fue una noche inolvidable. Don Rubén era muy receptivo y me presentaba como su amigo venezolano.

           No quiero hacerlo más largo, pero podría seguir recordando hermosos capítulos de esa hermosa época que se nos presenta en una etapa de nuestras vidas, y que hay que saber cómo entrarle, cómo aprovecharla, y cómo salirse, como decía Espartaco Santoni. Si lo hacemos sin excesos, nos puede durar mucho, y así, muchos serán nuestros gratos recuerdos, y podremos decir: "nadie me quita lo bailao".

viernes, 22 de marzo de 2024

La esquina de La Torre

Esquina "La Torre", Caracas

LA ESQUINA DE LA TORRE. 
Un corazón que nunca muere.
Exclusivo para "La Caracas que nunca muere"

          La esquina de La Torre es una de las cuatro esquinas que hacen vértices a la plaza Bolívar de Caracas, antiguamente Plaza de Armas, y luego Plaza mayor, en tiempos de la colonia. Es la esquina noreste de la Plaza. Se llama así en alusión a la torre de la catedral de la Ciudad, la cual se encuentra allí ubicada.

          El nombre de “La Torre” apareció por primera vez, junto con los primeros nombres de las esquinas de la ciudad, en un plano del año de 1856, reproducido posteriormente por una imprenta llamada Imprenta Republicana de Federico Madriz.

          En esta esquina comienzan las calles del casco central de la Ciudad, las cuales dan origen al damero fundacional, creado en la época del presidente Guzmán Blanco, quien contrató a Cesáreo Suárez y a Don Arístides Rojas para crear un orden en este sentido, y estos dos personajes decidieron que la ciudad de entonces sería dividida por una gran cruz con inicio en la esquina de La Torre, la cual sería el centro de los dos ejes de esa cruz y en ese centro comenzarían las avenidas Norte, Sur, Este y Oeste, las cuales son los ejes primarios de la retícula que forman las primeras cuadras de la Ciudad.

Todo quedó conformado de la siguiente manera:
Las calles Norte comienzan con la Norte 0, que arranca en la esquina de La Torre, y va de allí hacia el norte. Sus calles paralelas se denominan con números pares, es decir: Norte 2, Norte 4, etc, las que se desarrollan hacia el oeste, y con números impares, es decir: Norte 1, Norte 3, etc. las que se desarrollan hacia el este.
Las calles Sur comienzan con la Sur 0, que arranca en la esquina de La Torre, y va de allí hacia el sur. Sus calles paralelas se denominan con números pares, es decir: Sur 2, Sur 4, etc, las que se desarrollan hacia el oeste, y con números impares, es decir: Sur 1, Sur 3, etc. las que se desarrollan hacia el este.
Las calles Este comienzan con la Este 0, que arranca en la esquina de La Torre, y va de allí hacia el este. Sus calles paralelas se denominan con números pares, es decir: Este 2, Este 4, etc, las que se desarrollan hacia el sur, y con números impares, es decir: Este 1, Este 3, etc. las que se desarrollan hacia el norte.
Las calles Oeste comienzan con la Oeste 0, que arranca en la esquina de La Torre, y va de allí hacia el oeste. Sus calles paralelas se denominan con números pares, es decir: Oeste 2, Oeste 4, etc, las que se desarrollan hacia el sur, y con números impares, es decir: Oeste 1, Oeste 3, etc. las que se desarrollan hacia el norte.


     Retícula de las calles del centro de Caracas

           Hoy en día, siglo y medio después, esa nomenclatura permanece en el corazón de la Ciudad identificando sus calles y las prolongaciones que se le han hecho. Un corazón que nunca muere.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Te recordaré bonito


Te recordaré bonito
"De vez en cuando la vida se nos brinda como un cielo, y nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarlo de puntillas para no romper el hechizo". Joan Manuel Serrat.-

          Esta es la singular historia de un tan intenso como breve amor que tuvo un paisano criollo, de manera fortuita, con una hermosa portuguesa que se la atravesó el destino sin él proponérselo y que le debe haber significado una de sus mayores desesperanzas.

         El paisano, con quien comparto en un grupo donde frecuentamos escritos y lecturas sobre la Caracas de antaño, describió allí su genuino capítulo, el cual le pedí me permitiera publicar, a lo cual accedió amablemente.

          Es de la siguiente manera que mi apreciado paisano describe tan emocionante pequeño tramo de su vida:

        Leyendo recientemente una hermosa historia de un amor correspondido, me recordé de la época en la cual viví en La Candelaria, específicamente en Parque Caracas. 

        En una ocasión la Estación de Bellas Artes se encontraba cerrada -allí me bajaba siempre y era mi mejor transporte ya que trabajaba en la Torres de El Silencio- y obligatoriamente me bajé una parada antes, es decir, en la estación Parque Carabobo. Resolví comprar pan en una panadería, la cual no identificaré, cerca de la esquina de Miguelacho. Cuando voy a cancelar en la caja, vi a una mujer joven que parecía un ángel caído atendiendo a los clientes: me enamoré de inmediato. Mientras me atendía le dice a su papá, dueño de la panadería, que iba a llevarle unas facturas a su hermano en el otro negocio. Al salir ella, la seguí hasta la esquina, donde me quedé parado un rato para ver a dónde se dirigía. Para mí sorpresa, entró en un abasto. Yo también entré y caminé sin mirar a los lados, directamente hacia la parte de la charcutería. Allí estaba ella entregando los papeles a su hermano. Todos en esa época andábamos alrededor de los 35 años. Más nunca me bajé en Bellas Artes. Todas las tardes compraba el pan en la panadería del ángel caído y el jamón y el queso en el abasto de su hermano. 

        Una tarde, como mes y medio después, saliendo del Ministerio en la esquina de Capitolio, vi una caja de chocolates Ferrero Rocher (creo que es el nombre), y pedí que me dieran una bolsa de papel normal. Me acerqué al abasto del ángel caído y cuando fui a pagar el pan, se la di diciéndole que se la mandaba su hermano. No tenía celular en esa época por lo carísimo que eran. Solo lo tenían los jerarcas del gobierno, pero le escribí en la bolsa el número del teléfono de mi casa. Por supuesto, esa noche no me llamó. 

        Esperé tres días sin ir a comprar pan pero al tercero no resistí y fui primero al abasto del hermano con quien ya trataba como conocidos de vernos todos los días, ya como cliente habitual. Le noté algo raro, pero no me dijo nada. Al ir a la panadería cuál es mi sorpresa cuando ella me ve a través del vidrio y me dice que no entre porque su papá estaba muy molesto y me estaba esperando para matarme en el mismo negocio. Resulta que ella, por atender a los clientes, no abrió la bolsa con los chocolates: la abrió fue el papá pero ya había anotado mi teléfono en una mano y me dijo que tarde en la noche me llamaba. Me llamó y me contó que el padre, al ver los chocolates, pensó que ya teníamos una relación y le prohibió verme más ya que en Portugal tenía un primo con el que la familia ya la tenía comprometida y que pronto vendría a Venezuela. Quedamos en vernos al otro día en la mañana en la iglesia de La Candelaria. 

         En la iglesia de La Candelaria aproveché y le dije que desde el día que la vi me había enamorado de ella. Ella también me dijo que sentía algo y luego me tomó la mano y así estuvimos sentados como media hora en un banco de la iglesia. 

       Decidí al otro día ir a hablar con el papá y el hombre, al verme, agarró un garrote de abajo del mostrador y me dijo que me fuera a otra panadería. 

     Ella no me llamó más. A la semana, me armé de valor y me fui a hablar con el hermano. Le pregunté por ella y me contestó que el papá la había montado en un avión con destino Portugal y que no sabía adónde había llegado allá. 

        No la volví a ver nunca más.

viernes, 2 de febrero de 2024

La paradura del Niño.

         



LA PARADURA DEL NIÑO
          La Paradura del Niño se corresponde al ciclo de la Navidad que termina hoy 2 de febrero Esta celebración, propia de los pueblos andinos, es de carácter ritual los cuales se expresan en diferentes momentos como lo son el Paseo, el Beso, la Adoración y finalmente la Paradura del niño.

          Transcribo fielmente un hermoso escrito, hecho con emoción, que me hizo llegar mi inestimable amiga Belkys, mujer humilde, muy espiritual y sumamente católica, de gran figuración como abogado en pretéritas funciones gerenciales y directivas de importantes instituciones, en fiel recuerdo a las costumbres practicadas en su hogar y en su pueblo, este día tan concurrido por el mundo católico como lo es el de la Paradura del Niño.

LA PARADURA DEL NIÑO

"Hínquense padrinos. Agarren al Niño, y pónganlo en el pañuelo".

          En Los Andes, esa ceremonia se hace hasta el 2 de febrero, día de La Candelaria, porque el 3 se quitan los pesebres.

          En mi hogar merideño, el de la familia Rivera Africano, mamá la hacía con mucha alegría. Fue una devota cristiana.

         Invitaba a la familia, amigos, y a los vecinos.

         La Paradura consiste en ayudar a que el Niño Jesús camine y celebrar ese acontecimiento.

        Se nombran 4 padrinos del Niño del pesebre, quienes lo pasean por toda la casa y luego por el pueblo, en un hermoso y delicado pañuelo blanco, cada uno agarrando una punta del mismo. Los asistentes llevaban una velita prendida.

        Después, se ponía al Niño paradito en el pesebre, y se rezaba un rosario.

        Mamá hacía un sahumerio de incienso y hojas de eucaliptus en trozos de carbón e iba por todas las habitaciones. Luego, se brindaba a los invitados con bizcochuelo hecho en la casa y vino tinto.

        Eso es lo tradicional.

        Recuerdo que mamá hacía también unos lazos dulces de harina. Deliciosos! Ella era muy feliz ese día, lo disfrutaba mucho, con el apoyo, por supuesto, de papá.

       Hermosos recuerdos del hogar, los cuales debemos atesorar.

TRADICIÓN DE LOS PUEBLOS ANDINOS

       Años atrás, había unos hermosos y sencillos viejecitos autodidactas que tocaban violín y guitarra y en la casa donde se iba a hacer la Paradura, al lado del pesebre, con sus cantos le iban indicando a los padrinos lo que debían hacer. Empezaban así:

      - Hínquense padrinos. Agarren al Niño, y pónganlo en el pañuelo...

      Y así empezaba el hermoso ritual.

      Íbamos por la calle. Adelante, los padrinos, con el Niño. Luego los niños vestidos de pastorcitos y los adultos con velas encendidas, todos cantando.

      Se le daba la vuelta a la manzana, y al llegar a la casa, se ponía al Niño en el pesebre, se rezaba el rosario y se brindaba bizcochuelo y vino tinto.

Belkys Rivera Africano

Fotografía: La paradura del niño, fundación Bigott, hacienda La Trinidad.-

sábado, 6 de enero de 2024

La Guayana Esequiba al desnudo


Mazaruni Prison, en el poblado de Bartica,
ubicado en la región Cuyuní Mazaruní, Guayana Esequiba.

La Guayana Esequiba al desnudo

“No cederemos ni una pulgada de nuestro territorio”.
Irfaan Ali, presidente de la República Cooperativa de Guyana.

Hoy por hoy Venezuela está intensificando acciones con la finalidad de recuperar buena parte de su territorio, denominado históricamente Guayana Esequiba, usurpado de facto por el Reino Unido a partir del año de 1835, cuando se salió de las fronteras del territorio de la Guayana Británica y cruzó el río Esequibo, que es la frontera original desde que fue definida en el Tratado de Münster (1648) entre los españoles y los neerlandeses cuando lo que era Guayana Británica era territorio de los neerlandeses y lo que es Guayana Esequiba era la posesión española de La Guayana. En esta primera incursión (año de 1835) los ingleses trazaron de facto una línea fronteriza que les significó anexarse 4290 Km2 de tierras venezolanas.

          Estos movimientos continuaron durante algo más de cincuenta años debido principalmente a que a medida que avanzaban iban encontrando numerosas minas de oro. Trazaron nuevas líneas fronterizas de las cuales la última (año de 1888) les significó anexarse un área total de 203.510 km2. Esto iba a seguir sucediendo pero pudieron ser detenidos judicialmente, cuando pretendían anexarse el delta del Orinoco, momento en el que Venezuela pidió apoyo a EEUU para que aplicara la Doctrina Monroe (“América para los americanos”) y detuviera así a los ingleses en el robo sistemático que venían haciendo de su territorio. EEUU acepta el encargo y conmina al Reino Unido a aceptar el arbitraje que venía proponiendo. Ante las presiones de EEUU, Reino Unido acepta y es así que se implementa el Laudo Arbitral de París (LAP), celebrado en el año de 1899.

          Ante la negativa del Reino Unido de enfrentarse directamente a Venezuela, de común acuerdo con EEUU nombran dos jueces ingleses y dos estadounidenses y un quinto integrante de carácter neutral. La defensa de Venezuela la compusieron además cuatro estadounidenses y apenas un venezolano.

          En este juicio Venezuela fue desfavorecida por componendas internas entre los jueces y los abogados estadounidenses que representaban a Venezuela, por lo que Venezuela lo consideró un Laudo írrito y solicitó su nulidad.

         A raíz de esta solicitud, formalmente formulada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año de 1962, se creó el Acuerdo de Ginebra, donde Venezuela deja formalmente asentada su reclamación de la Guayana Esequiba y se definen unos procedimientos a cumplir con la finalidad de lograr un acuerdo pacífico y a satisfacción de las partes.

         Debido a que el Secretario General de la ONU consideró que el Acuerdo de Ginebra no pudo resolver el conflicto, decidió pasar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), organismo ante el cual la República Cooperativa de Guyana (Guyana) introdujo en marzo del año de 2018 una solicitud de que se sentenciara que las fronteras actuales sean definitivas y que todo ese territorio es de ellos, tal y como lo define el LAP, dado que, según afirman, el mismo permanece vigente debido a que Venezuela dice que es nulo pero no lo ha demostrado juridicamente, y además, el Acuerdo de Ginebra no logró el objetivo de resolver el conflicto.

         La CIJ dio entrada a dicha solicitud e invitó a Venezuela a presentar sus alegatos en contra para el mes de abril del año de 2024.

         Atender esta solicitud de la CIJ es una gran oportunidad para que Venezuela demuestre la propiedad que tiene sobre la Guayana Esequiba, para lo cual se requiere una minuciosa preparación para el aprovechamiento cabal de las ventajas que posee, a pesar de los errores y la poca continuidad y contundencia de los reclamos en el pasado.

        Para mantener sus grandes posibilidades de recuperación de ese vasto territorio, Venezuela debe tener muy en cuenta los siguientes aspectos:

- Tener claro que la Guayana Esequiba no es un territorio en disputa, sino que es un territorio en reclamación, el cual administra Guyana tal y como lo autoriza el LAP, todavía vigente hasta que Venezuela demuestre jurídicamente que es nulo e írrito, por lo tanto, ese país tiene todo el derecho de actuar en él como bien lo considere, tanto en tierra firme como en mar territorial.

- Decimos que el LAP está todavía vigente puesto que Guyana, al firmar el Acuerdo de Ginebra, solamente reconoce que Venezuela tiene un reclamo sobre el territorio, pero dicha firma no es un reconocimiento de que el LAP sea nulo, como lo cataloga Venezuela en el Acuerdo de Ginebra, y así lo considera la misma CIJ puesto que Guyana sigue administrando ese territorio como propietario, a pesar del Acuerdo de Ginebra, y tal y como la autoriza el LAP.

- Al ser un territorio en reclamación y mientras esté vigente el LAP, Venezuela no tiene derechos de administración del mismo, ni sola ni en conjunto.

- Venezuela, para aspirar a tener propiedad sobre parte o la totalidad de la Guayana Esequiba tiene primero que demostrar jurídicamente y ante la CIJ, único organismo jurídico válido para dirimir esta controversia, que el LAP es nulo por írrito, para lo cual tiene buenos documentos de soporte que conforman evidentes argumentos.

- Venezuela dice que no reconoce a la CIJ como ente válido para dirimir entre las partes y sentenciar una solución, pero resulta que eso no le importa a la CIJ, pues su Estatuto, nacido en el seno de la ONU, reza claramente que la que decide su participación es ella misma (capítulo II, artículo 36 inciso 6 de su Estatuto). De hecho, esa Corte determinó que primero había que resolver la cuestión de su jurisdicción, algo que hizo en el año de 2020, cuando dictaminó que sí tenía competencia para evaluar la controversia.

- Venezuela puede reclamar que el Secretario General de la ONU, al elegir a la CIJ para decidir sobre la controversia, está pasando por encima del segundo inciso del artículo cuarto del Acuerdo de Ginebra, pues el recurso de acudir a la CIJ es un recurso que, en la Carta de las Naciones Unidas, en su artículo 33 (aludido en el Acuerdo de Ginebra), es posterior al de la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación y el arbitraje. Si se considera que los recursos de negociación, mediación y arbitraje ya fueron adoptados sin solución alguna, todavía quedan los de la investigación y la conciliación, los cuales en dicho artículo aparecen anteriores al arreglo judicial (propuesto precipitadamente por el Secretario de la ONU) y no han sido utilizados, lo cual demuestra que el Acuerdo de Ginebra no ha agotado su vigencia.

- Venezuela ha mostrado su disposición a la conciliación, recurso que no ha sido utilizado, en aras de… “buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia”, tal y como lo establece el texto del Acuerdo de Ginebra.

- Venezuela tiene grandes y valiosos argumentos para agotar el recurso de la investigación, también previsto en la Carta de las Naciones Unidas y por lo tanto en el Acuerdo de Ginebra, bajo cuya figura va a ser extremadamente difícil que Guyana encuentre argumentos. La denuncia del LAP y la existencia de elocuentes documentos y mapas hacen poco probable que Guyana tenga posibilidad alguna de quedarse con ese territorio. La evidente trampa montada en el LAP devela su nulidad, y la investigación de los documentos y mapas históricos documentan claramente la posesión histórica de la Guayana Esequiba desde el Tratado de Münster, posesión ratificada en el año de 1777, año de la creación de la Capitanía General de Venezuela.

- Debe tenerse en cuenta que Venezuela, al enfrentar la solicitud de Guyana de marzo del año de 2018, no está actuando en el marco del Acuerdo de Ginebra, sino que está enfrentando puntualmente la solicitud de Guyana a la CIJ de que confirme la validez jurídica y el efecto vinculante de la decisión del LAP. A raíz de esto, la CIJ conminó a Venezuela a presentar sus alegatos en contra, por lo que el país bolivariano puede libremente, en su oposición, aprovechar la oportunidad y explayarse en los aspectos de la investigación e histórico, donde tiene una fuerza que luce irrebatible con el Informe de Severo Mallet-Prevost y con los documentos y mapas de carácter histórico.

- Venezuela tiene altas posibilidades de recuperar la Guayana Esequiba, pero solamente si acude a la CIJ a enfrentar la solicitud de Guyana de que dicha Corte les otorgue la propiedad de ese territorio. Si Venezuela quiere agotar sus posibilidades de recuperar el territorio de la Guayana Esequiba, o parte del mismo, está obligada a acudir a la CIJ a enfrentar esa solicitud de Guyana, pues si la CIJ no recibe argumentos en contra de esa solicitud, puede tranquilamente ratificar la vigencia del LAP y decidir que las fronteras de ambos países quedarán como lo sentencia dicho “juicio” y de esta manera toda la Guayana Esequiba quedaría, legalmente y con sentencia firme, como propiedad de Guyana.

- Finalmente, Venezuela tendrá que esperar durante varios años la sentencia de la CIJ sobre esta solicitud de Guyana, pero con muy altas posibilidades de evitar tamaña injusticia y hasta puede lograr que en ese mismo juicio se le otorgue la propiedad de la totalidad de esas tierras, dada la contundencia de sus pruebas. Mientras tanto debe convencerse de que es imposible suspender o impedir que Guyana dé concesiones petroleras, gasíferas y de cualquier índole en la Guayana Esequiba y su mar territorial. Lo mejor que puede hacer Venezuela es hacer ver a las transnacionales que allí laboren las consecuencias que pueden traer un fallo a su favor, y además dedicar, por ahora, concentrada atención a defender su salida al Atlántico y su plataforma continental en esa zona limítrofe con la Guayana Esequiba, y no desechar la posibilidad de un acuerdo práctico, una vez que introduzca sus pruebas en la CIJ en este mes de abril de 2024, cuya contundencia le dará fuerza ante Guyana para acercarse a un entendimiento equitativo definitivo.

- Si Venezuela no acude a presentar alegatos en contra en abril de 2024 a la solicitud de Guyana, le será muy cuesta arriba que se le presente una nueva oportunidad para recuperar la Guayana Esequiba pues se consumará el despojo. Al contrario, si acude a la cita, tendrá doble oportunidad de acceder a las tierras reclamadas: una, la de un acceso total si la CIJ falla a su favor y la otra de un acceso parcial si antes del fallo llega a un acuerdo con Guyana.

Referencias:
- Naciones Unidas, Estatuto de la Corte Internacional de Justicia: Carta de las Naciones Unidas (texto completo) | Naciones Unidas
Historia oficial de la discusión entre Venezuela y la Gran Bretaña sobre sus límites en la Guayana. L. Weiss &. Company, impresores.
Acuerdo de Ginebra en la Gaceta Oficial de Venezuela Nº 28.008 del 15 de abril de 1966
- Informe de los expertos venezolanos sobre la cuestión de límites con Guayana Británica, 18 de marzo de 1965. Rafael Rangel, 2009. 

- Otras fuentes y referencias en depósito